LA CORTES DE LOS MILAGROS

  • URL copiada al portapapeles

Redacción


Febrero 23, 2015

Moreno Valle y Manuel Velasco, aliados peñistas al 2018

Entre algunos dirigentes y gobernadores priistas es cada vez más claro que el presidente Enrique Peña Nieto es quien en realidad alienta las aspiraciones de los mandatarios de Chiapas y Puebla, Manuel Velasco Coello y Rafael Moreno Valle, con miras a las elecciones presidenciales del 2018.

Según algunos análisis, la apuesta de Peña Nieto tiene el propósito de convertir a ambos en aliados políticos, ante la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador logre colarse a las boletas electorales de 2018, en las que se definirá al que será su sucesor en Los Pinos.

De acuerdo con esta hipótesis, Manuel Velasco y Rafael Moreno Valle no sólo se dividirían, junto con El Peje, el voto opositor o anti PRI, sino que hasta le levantarían el brazo al abanderado priista designado por Peña Nieto para sucederlo en la Presidencia.

Tal escenario conlleva varios riesgos:

1) Que la situación económica en general no mejore y eso repercuta en el deterioro de la imagen presidencial y por consiguiente del PRI, mermando de manera sustancial la intención del voto de los priistas en 2018.

2) Que el candidato electo por el grupo en el poder no sea bien recibido por los electores, o carezca del potencial de voto necesario para garantizar la permanencia del PRI en Los Pinos.

3) Que en la opinión pública permee la especie de que tanto Manuel Velasco como Rafael Moreno Valle son la versión ligth del PRI, aun cuando uno sea postulado por el PVEM y el otro por el PAN y que con ninguno de ellos habría un cambio de rumbo y de política económica, sino más de lo mismo.

4) Que López Obrador se erija como el candidato del cambio o el único capaz de sacar al PRI de Los Pinos y capitalizar el voto de castigo o de rechazo al régimen peñista en las elecciones de 2018.

Otra cuestión que puede ocurrir es que en el trayecto o en los años que restan para la próxima sucesión, Moreno Valle le gane la partida a Peña Nieto al construir una gran coalición opositora en la que participen el PAN, el PRD, el PT y hasta Nueva Alianza.

Tal como la que armó en Puebla para vencer al PRI en los comicios locales de 2010 o la que intentó hacer ahora en las elecciones federales de 2015 para que el PAN y el PRD se aliaran para ganar la mayoría en la Cámara Baja.

El gobernador de Puebla ya empezó por lo pronto a promoverse como el candidato idóneo que podría enfrentar a López Obrador y vencerlo en las urnas, y de ahí también el interés del tabasqueño de comenzar a desgastarlo haciéndole fama de autoritario y violador de derechos humanos.

EN CORTO

Algo pasó en los últimos días que llevó a la panista Ana Teresa Aranda Orozco a declinar la invitación que había recibido —y que había comenzado a valorar en serio— para ser candidata externa a diputada federal de la coalición PRI-PVEM.

Sin que se conozcan los detalles, trascendió que la exdirectora del DIF y extitular de la Sedesol en el gobierno foxista tomó la decisión de no participar como candidata a una curul en las elecciones del primer domingo de junio.

Hasta donde se sabe, la negativa de Ana Teresa obedece más bien a una cuestión ideológica y de principios que a un incumplimiento de quienes le aseguraban una curul en la próxima legislatura, al nominarla no sólo como candidata por el distrito 11 de Puebla, sino en los primeros lugares de la lista de plurinominales de la cuarta circunscripción.

[email protected]/[email protected]

@periodistasoy

  • URL copiada al portapapeles