CONTRASTES

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Redacción


Febrero 26, 2015
La política sedujo a Esparza, Chelís y Cuau ¿Qué tiene la política que vuelve a todos locos? La respuesta en sencilla: poder y dinero. Su capacidad de seducción es tan grande que vemos a políticos que cambian de partidos como de zapatos y otros que juegan a la traición desde el interior de sus propios institutos políticos. La perversa combinación de poder y dinero ya había dados sus bondades a Roberto Ruiz Esparza, el emblemático capitán del Puebla FC, al colocarlo como diputado federal del PAN en el periodo del 2003 al 2006. El llamado Capi Esparza imaginó un futuro político más brillante y se enfundó en el Partido Nueva Alianza (Panal) de la ahora odiada y antes temida Elba Esther Gordillo. En su aventura política del 2007 el Capi Esparza peleó por la presidencia municipal de Puebla por el Panal y perdió. Parecía su retiro definitivo de la política y su regreso al futbol a través de los Lobos de la BUAP. No fue así. Ocho años después volvió a caer en la tentación de regresar a la Cámara de Diputados Federales y aceptó la nominación nuevamente del Panal para pelear el Distrito 11 de Puebla. Nadie sabe qué ocurrirá ante la fortaleza de Angélica Ramírez por ese distrito y la frustrada postulación de Ana Teresa Aranda por la alianza del PRI y PVEM. Otro caso de seducción de la política es el de José Luis Sánchez Solá. El muy querido técnico del Puebla FC intervino de manera indirecta en la campaña de Javier López Zavala a la gubernatura de Puebla con los resultados ya conocidos. Ahora se incorpora al mismo partido de Ruiz Esparza, el Panal, en espera de que le designen el distrito por el que competirá. Pero el caso más emblemático por el personaje que representa dentro de la historia del futbol mexicano es el del actual jugador de La Franja, Cuauhtémoc Blanco Bravo. El Cuau, como se le conoce, aceptó la invitación del Partido Social Demócrata (PSD) para ser el candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca. Su carta de presentación es que él no es político. Es un ciudadano que desea demostrar a la gente que se puede trabajar y dar mejores resultados que aquellas personas que se dedican de tiempo completo a la política. Las encuestas no son favorables para Cuauhtémoc Blanco. Pero si el temperamento demostrado en las canchas lo lleva a la contienda electoral seguramente tendrá muchos votos a su favor. La política es seductora. El poder se ambiciona. Y el dinero vuelve locos a todos. Una peligrosa combinación. [email protected] @gomezcarlos79
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