CONTRASTES

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Redacción


Marzo 19, 2015
Las debilidades del pacto Alcalá Dóger Con todo y lo que podría significar el acuerdo político entre la senadora de la República, Blanca Alcalá Ruiz, y el diputado federal, Enrique Dóger Guerrero, en términos prácticos el pacto está rodeado por una serie de debilidades que no pueden pasar desapercibidas. La carrera política de ambos priistas es de lo más destacado para su partido rumbo a las elecciones de la minigubernatura y gubernatura, aunque existe aún la posibilidad de que sólo haya una elección para tener un mandatario de 4 años y 8 meses. Enrique Dóger Guerrero fue rector de la BUAP y con el grupo político que creó le alcanzó para pelear y ganar la presidencia municipal de Puebla. Sin embargo, ese grupo político no creció lo suficiente para arrebatarle la candidatura a Mario Marín Torres y terminó por levantarle la mano a Javier López Zavala en el 2010. Es decir, la estructura política de Dóger Guerrero no fue suficiente para derrotar a la estructura de Mario Marín y la creada por el propio Zavala. La diputación federal casi la pierde el propio Dóger Guerrero ante un desconocido con lo que quedó demostrada la vulnerabilidad de su estructura. En el caso de Blanca Alcalá la suerte influyó para que la candidatura a la presidencia municipal de Puebla cayera en sus manos y con una buena estrategia política pudo obtener el triunfo. No obstante, Blanca Alcalá jamás pudo conformar un grupo político propio y casi todos sus funcionarios fueron impuestos por Mario Marín y Javier López Zavala. Blanca Alcalá salió del Palacio Municipal sin un grupo político fuerte pero su popularidad la colocó en la candidatura a la Senaduría y nuevamente ganó. Sin embargo, es evidente que carece de un grupo político real ya que no tiene delegados, alcaldes o diputados locales que formen parte de su proyecto político. Lo más representativo es el cargo de su hija como regidora en el Ayuntamiento de Puebla. Alcalá y Dóger llegan a un acuerdo sin estructuras políticas sólidas, reales, ganadoras y que tengan las agallas y el dinero suficiente para enfrentar a la poderosa estructura morenovallista. El propio Juan Carlos Lastiri y Javier López Zavala pueden presumir de estructuras políticas mejor preparadas para la contienda electoral, pero tampoco les alcanzará para competir seriamente con el morenovallismo. El acuerdo político de Alcalá y Dóger parece más un intercambio de buenos deseos que un arreglo de estructuras capaces de competir contra la estructura que ya trabaja para el presidente municipal de Puebla, Antonio Gali Fayad. Mientras la estructura del PRI está dividida y sufrirá serias derrotas en las próximas elecciones federales, el grupo de Rafael Moreno Valle tomará el actual proceso electoral para perfeccionar su –ya de por sí exitosa- técnica electoral para llevar a Tony Gali a la gubernatura de Puebla. El alcalde de Puebla tiene otro factor a su favor: el posicionamiento mediático del que carecen Enrique Dóger y Blanca Alcalá en toda la entidad. El acuerdo político es débil desde su origen. Es una suma de voluntades. Y no hay que olvidar que es prioridad para el morenovallismo llevar a Tony Gali a la gubernatura. Así que no hay lugar a experimentos. Mientras en el PRI apenas llevan una suma de buenos deseos. Y con eso no les alcanzará. [email protected] @gomezcarlos79
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