Arrancan elecciones con dirigencias y grupos divididos Apostarán por la judicialización del proceso Estrategia general de los partidos: documentar despilfarros El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, encabezó el acto en el cual se entregaron cartas de naturalización a extranjeros que han obtenido la nacionalidad mexicana, trámite que se inicia en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), dependencia que actúa como ventanilla, pero cuyo dictamen lo otorga realmente la Secretaría de Gobernación a través del muy cuestionado Instituto Nacional de Migración (INM). En el evento sólo vimos personas de razas caucásicas (blancos) bien parecidos, las “nuevas” mexicanas parecían de casting, con la presencia de un solo hombre de raza negra (hoy dirán “afromexicano”), curiosamente no apareció ninguno de tantos centroamericanos de condición humilde que reciben de manera casi oculta sus cartas de naturalización en las delegaciones estatales de la SRE, lo cual habla de una franca discriminación... Pero si ya la elitista Cancillería mexicana a cargo de José Antonio Meadetiene esos deslices, se acaba de meter en un tremendo lío al criticar al relator especial de la ONU, Juan Méndez, quien en su informe denunció que en México la tortura es una práctica generalizada por parte de los cuerpos policiacos y de las fuerzas armadas, lo cual quiere decir que desde la Policía Federal, la Gendarmería, el Ejército, la Marina-Armada, las policías estatales, las municipales, las “autodefensas” y todo grupo oficial y oficioso que practica detenciones, también practican la tortura. Juan Méndez puso en un aprieto no sólo al canciller Meade, sino al titular de la Segob, Miguel Ángel Osorio Chong, añadiendo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que preside Luis Raúl González Pérez, el mismo que prometió ser un “ombudsman incómodo”, y a las comisiones estatales, pues un relator foráneo vino a poner el dedo en la llaga e incomodó a una parte sensible del gabinete. Será el subsecretario Juan Manuel Gómez Robledo quien tendrá que dar la cara y su trayectoria puede complicarse... Pero si ya la SRE se está metiendo en problemas internacionales, en las delegaciones de los estados cada vez complican más el trámite de pasaportes. La Semana Santa, como todos los años, permitió movilizaciones de viajeros y turistas en el interior del país, pero esta vez el gobierno federal ha mantenido un bajo perfil para no exacerbar la percepción negativa que ha tenido entre la población que un día sí y otro también critica el papel de funcionarios como Luis Videgaray Caso, el secretario de Hacienda que anunció otro recorte para 2016, esta vez por más de 135 mil millones de pesos, que repercutirán en menos gasto público, menos inversión, menos empleos y un panorama que ensombrecería más la muy deteriorada imagen del gobierno del presidente Peña, de quien se espera ya un “golpe de timón” para restaurar la confianza popular… En Puebla, los comicios federales arrancaron en medio de una serie de divisiones internas en los tres partidos políticos con los votos duros más grandes en la entidad: PRI, PAN y PRD. El trío enfrenta un problema común: sus dirigencias estatales se encuentran distanciadas o confrontadas con los grupos reales de poder. El caso más evidente es el de Rafael Micalco Méndez, presidente estatal del blanquiazul, quien mantiene una abierta pugna con los operadores del morenovallismo, los mismos que se encargaron de tomar el control total del blanquiazul y relegaron al dirigente formal panista que actualmente es la cabeza pública de la Organización Nacional del Yunque. Este grupo confesional, en el que se encuentran adheridas las familias custodias y cuadros históricos del panismo, comprobó bastante tarde que su apuesta de tomar el control del gobierno del estado significó perder al partido político. La pugna, además, arreció con la decisión de Micalco Méndez por presentar una queja ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contra la afiliación masiva al PAN, piedra angular la estrategia morenovallista en aras de mantener el control del instituto y prepararse ante una posible contienda interna para la elección del próximo candidato a la presidencia de la República. Hace unos días, se confirmó que otro yunquista, el regidor Juan Carlos Espina Von Roerich, también acudió al órgano electoral para presentar un recurso sobre la misma acción… En la casa de enfrente, la lideresa estatal priista, Ana Isabel Allende Cano, también enfrenta el rechazo de diferentes candidatos y sectores, quienes le reclaman su cerrazón política, carencia de apoyos o, por el contrario, prefieren ignorarla ante la seguridad que la designación obtenida no fue producto de su venia sino de los amarres alcanzados por ellos mismos en el Comité Ejecutivo Nacional. De hecho, es la dirigencia nacional, a través de los emisarios de César Camacho Quiroz e Ivonne Ortega Pacheco, presidente nacional y secretaria general respectivamente, quienes se encuentran en contacto directo con los abanderados y dictando la línea discursiva, política y de acción que deben acatar. Con ellos, además, es con quienes mantienen la negociación para la bajada de recursos y apoyos hacia las campañas. Todo parecía indicar que Allende Cano lograría aglutinar una buena parte de la estructura priista debido a que su llegada al Comité Directivo Estatal del tricolor fue producto de una serie de amarres y acuerdos con los principales grupos locales, pero al final la dirigente terminó desdibujada en el mapa estatal. Otro factor que influyó de manera determinante fue la reaparición del exgobernador Mario Marín Torres, quien se mantiene con una alta actividad proselitista en la entidad, situación que terminó por resultar contraproducente, ya que muchos priistas prefieren acudir con el exmandatario para alcanzar acuerdos en lugar de negociarlo directamente con Allende Cano… En el caso del PRD, la historia es la misma de siempre: las tribus coexisten y destruyen a la vez a su propio partido. Socorro Quezada Tiempo, actual dirigente estatal, forman parte del Frente Amplio Progresista, encabezado a nivel nacional por el senador poblano Luis Miguel Barbosa Huerta. A pesar de ser la corriente mayoritaria y la que controla la asamblea estatal, en los hechos otras tribus como Nueva Izquierda, conocida como Los Chuchos, pelean por acrecentar su influencia al interior del sol azteca. En Puebla, dicha expresión la comanda el secretario general de Gobierno con licencia, Luis Maldonado Venegas, cuya encomienda es no sólo convertir en una franquicia morenovallista al PRD poblano sino también fortalecer el proyecto morenovallista rumbo a la elección presidencial del 2018. Socorro Quezada, hasta el momento, ha quedado en medio de una serie de intereses que se dictan desde Casa Puebla, pero también tiene que hacer frente a las históricas pugnas internas con corrientes como Alternativa Democrática Nacional o Izquierda Democrática Nacional… Ahora que arrancó el proceso electoral, muy descolorido por cierto, nos encontramos frente a una elección en donde las estructuras y movilización en el día de la jornada serán las claves del triunfo; es un proceso en donde la baja participación ciudadana y el desinterés son una constante. Sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, los candidatos de todos los partidos se enfrentan a una de las contiendas más fiscalizadas en la historia del país, de ahí que tanto los partidos y sus abanderados optaron por asumir una postura bastante cauta en función de concentraciones masivas y despliegue de recursos que demuestren fortaleza. La razón es sencilla: entre todos se están vigilando, porque un error del adversario es una oportunidad para judicializar los comicios. Así pues, en esta elección los esfuerzos estarán orientados en diferentes vertientes: 1) La auditoría de las estructuras de promotores al voto y personas promovidas, que son los responsables de aglutinar a aquellos ciudadanos que deberán ser llevados a las urnas a emitir su sufragio. Todos los partidos, estimado lector, sabe con precisión cuántos votos requiere para obtener el triunfo, de ahí que su ejército de promotores es fundamental para cumplir la tarea, pero se corre el riesgo de incluir personas inexistentes si no existe una supervisión de las listas entregadas. 2) El robo de estructuras. En la medida que un candidato logre arrebatar líderes políticos a sus contrincantes mermará su fuerza electoral. 3) La documentación de todas las anomalías ligadas al dispendio de recursos. Los abanderados cuentan con un tope de gastos de campaña de 1.2 millones de pesos, pero a eso hay que disminuir gastos de operación propios y, en realidad, sólo tienen disponibles algo así como 10 mil pesos diarios para gastar, lo que hace prácticamente imposible la tarea. De acuerdo con versiones extraoficiales, sacadas de las cañerías de la política, una contienda electoral para diputado federal tiene un costo promedio de 15 millones de pesos, es decir, 10 veces más de lo permitido por la ley. A esto se suma la decisión del Instituto Nacional Electoral, que en Puebla encabeza, Luis Zamora Cobián, de imponer una férrea fiscalización de los recursos, de ahí que muchos candidatos encontraron una oportunidad y un riesgo inigualable. Los priistas, por ejemplo, basaran una buena parte de su estrategia en documentar todo el dispendio de recursos a manos de los candidatos del PAN, en su mayoría morenovallistas, tomando en cuenta que se enfrenta a una elección de estado. Sin embargo, le puedo decir de muy buena fuente que los panistas contarán con un ejército de notarios en la entidad que ofrezcan documentales públicas sobre supuestos actos de campaña. Las primeras acciones han sido dar fe de la compra de bardas para propaganda política de los priistas e incluye los testimonios de los propietarios de los inmuebles y el aval del fedatario público… Y, hasta la próxima. [email protected] |
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