¿Y los demás?

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Redacción


Abril 10, 2015
Ramón Zurita Sahagún Parafraseando a Felipe Calderón Hinojosa, haiga sido como haiga sido, David Korenfeld se fue, aunque debió haberse ido desde antes de la Semana Santa, aunque ocurrió su salida en la Semana de Pascua. Sin embargo, hay una gran diferencia entre se fue o lo fueron, ya que lo primero implica que le dieron la oportunidad de una salida dignificada, aunque intentó subsanar su “error” y mantenerse en el puesto. Lo segundo, de haber sucedido poco después del “error” daría un margen de maniobra al gobierno federal que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto. Korenfeld intentó justificar el uso personal y familiar de la aeronave puesta al servicio de la dependencia, que no del suyo. Busco todos los métodos posibles, pretendió engañar al gobierno del que formaba parte, a los ciudadanos y a los medios de comunicación, mediante una argumentación no creíble. Por eso no le importó y prefirió irse de vacaciones, disfrutar hasta el último momento del salario que devengaba e intentar que el escándalo provocado por su accionar se disipara entre la cantidad de escándalos que provocan diariamente los políticos y los partidos. Se pretendió desviar la atención del asunto Korenfeld, para enfocarla sobre los helicópteros del inicio de campaña de Silvano Aureoles, revivir el uso de otra aeronave por parte del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, hace tres años y hasta difundir las compras en el extranjero de la familia Peña-Castro-Rivera, como asuntos de mayor trascendencia, pero no se obtuvo respuesta. Recurrieron a un tardío control de daños, contratando supuestos expertos en la materia, pero nada funcionó. Las versiones sobre la decisión que se tomarían sobre su asunto variaron, unos especulaban con que sería la SFP, la que tomaría la decisión de sancionarlo, obligándolo a renunciar, otros señalaban que la decisión vendría con un cese fulminante por parte del Ejecutivo federal, otros más validaban su renuncia. Hoy, Korenfeld está fuera de Conagua, aunque no se descarta que en un tiempo prudente, cuando, supuestamente, ya nadie recuerde el hecho, David Korenfeld pueda ser reincorporado a la administración pública federal o estatal, pero con un bajo perfil. Por lo pronto, ya se fue y habrá que ver si otros personajes son tasados con la misma vara. Líderes sindicales Los que viven sin presiones de ningún tipo, sin los problemas que aquejan a los ciudadanos comunes y hasta a los políticos, son los dirigentes sindicales, los que prosiguen con su vida de lujo y dispendio. Dos de ellos dieron muestra el pasado miércoles de que la situación económica del país, los recortes presupuestarios, la baja en el precio internacional del petróleo, la veda electoral y todos los demás asuntos que mantienen atentos a los mexicanos les son ajenos. Tienen el mismo nombre, aunque distintos apellidos, pero coinciden en los gustos personales por las mujeres jóvenes y atractivas, además de la lisonja y los excesos. Víctor Flores Morales y Víctor Fuentes del Villar, son, ambos septuagenarios, personajes que se rodean de grandes contingentes entre equipos de seguridad, mujeres y aspirantes a ocupar una plaza en los sindicatos que controlan. Su presencia es sumamente notoria, ya que pretenden no pasar inadvertidos en ninguno de los sitios a los que se desplazan. Flores Morales es quien más jugo saca a su sindicato, ya que ha sido un par de veces diputado federal y uno más senador suplente por el PRI, partido en el que disfrutó de diversos cargos menores. Con 76 años de edad, mantienen el control de los trabajadores ferrocarrileros desde 1995, después de tres años como tesorero nacional del mismo organismo sindical. Víctor Flores Morales desayunó el miércoles en el restaurante El Cardenal, muy concurrido por la clase política, donde ocupó una mesa con varias de las atractivas mujeres que lo rodean, mientras que en mesas contiguas sus guardaespaldas cuidaban su seguridad. Poco más de dos docenas de personas. Su tocayo, Víctor Fuentes del Villar, como sucede constantemente acudió a Casa Bell, otro restaurante visitado por la clase política. Él si, como acostumbra, con cerca de cincuenta personas, varias de ellas, mujeres atractivas y jóvenes, como le gusta al septuagenario dirigente del sindicato de Trabajadores de la Industria Eléctrica. Fuentes del Villar con 77 años de edad es un dirigente sindical nacional menos longevo, ya que apenas lleva 10 años al frente del SUTERM, el que heredó a la muerte de Leonardo Rodríguez Alcaine, sucedida en 2005. Si Víctor Flores generoso y gusta de obsequiar a sus amigos prendas de piel (animal), Víctor Fuentes es dadivoso con dinero y otros métodos y las espléndidas mesas que comparte con su selecto grupo de invitados. Los dos Víctores son parte fundamental de la estructura del PRI, ya que Flores encabeza a 49 mil trabajadores ferrocarrileros y Fuentes a 60 mil sindicalizados electricistas, los que son una parte importante de los votantes potenciales que necesita el partido en que militan para obtener las victorias en las urnas. Verdes ¿Hasta dónde llegarán los reclamos contra el Partido Verde? Pareciera ser que se teje toda una maraña publicitaria, cuyo propósito es el de ganar adeptos para este organismo político. Las acusaciones, reclamos, multas y demás propósitos tendientes a bajarlo de la contienda tiene efectos contrarios, ya que el partido se posiciona cada vez más fuerte entre el electorado. Los verdes se encuentran felices de la campaña en su contra y gustosos pagarán las multas que se les apliquen, ya que si algo tienen es dinero, aunque carezcan de otras cosas. [email protected] [email protected]
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