CARLOS GÓMEZ Las palabras amenazadoras de Carlos Navarrete Ruiz, aún dirigente nacional del PRD, sobre el papel que desempeñará en Puebla en el 2016 para evitar que el PRI regrese a Casa Puebla carecen de valor. Y es que Carlos Navarrete de pronto olvida que el PRD es la marca política más desprestigiada en el país. Su amenaza no espanta a nadie. Ni siquiera a la líder estatal, Socorro Quesada, quien tuvo que soportar que en su cara el PRD fijará una postura muy distinta a la expresada por ella con respecto a la Ley Anti Bronco y las alianzas con el PAN. Quizá Carlos Navarrete crea que en Puebla el PRD es una fuerza importante como el Distrito Federal –la cual ya fue desplazada por Morena. Pero se equivoca el aún dirigente. Alguien debió explicarle a Carlos Navarrete que el PRD es la quinta fuerza electoral en Puebla, de acuerdo con los resultados de las pasadas de junio. Muy por encima del PRD está el PRI, PAN, Morena y PVEM. El PRD ya es una caricatura. Y ya ni siquiera puede jugar un papel de aliado poderoso. Sólo sirve para conseguir algunos votos –aunque cada día son menos ante el crecimiento de Morena–. Hoy pertenecer al PRD es signo de desprestigio y vergüenza. Ese partido hoy se vende al mejor postor y ante la falta de cuadros, dirigentes y prospectos para cargos de elección popular jugará un papel denigrante en el 2016. No le queda más al PRD. Sus mejor años ya pasaron. Los peores están por venir. ** Inés Saturnino, alcalde panista de Tecamachalco, deberá pensar bien en su estrategia para enfrentar a sus críticos. El ex diputado local perdió el piso y llevó su enfrentamiento personal con la regidora Ruth Zárate a niveles de humillación. Pensó en hacerse el gracioso al aventarle el dinero de las quincenas que le debían a la regidora después de que la separaron ilegalmente de su cargo. Si su idea era exhibirla, se equivocó. El que quedó como un sujeto de poco valor ético y moral es él. Al igual que muchos hombres del morenovallismo se enfermó de poder y piensan que el cargo es eterno. Lamentablemente para él, ya regidora fue más inteligente y de inmediato denunció a través de redes sociales el ataque sufrido contra su persona. El tema ya llegó a nivel nacional. Lo que queda a Inés Saturnino es ofrecer una disculpa pública y correr a su tesorero. Si es que quiere salvar un poco de maltratado prestigio. @gomezcarlos79 |
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