ACANTILADO

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Redacción


Marzo 01, 2016
“Si te atrapamos te vamos a linchar” Israel Velázquez G. Patricia Flores, corresponsal de esta casa editorial en la región de Tehuacán, fue golpeada y despojada de su equipo de trabajo ayer lunes mientras cubría un linchamiento en el municipio de Chapulco. En esa región, como en todo Puebla, son cada vez más los habitantes que deciden organizarse para hacer justicia por sí mismos, y eso evidencia un vacío de autoridad que no llenan ya los discursos de quienes deben procurar seguridad y justicia. Una democracia, pretenden saberlo los gobernantes, no se entiende sin la existencia de la prensa. Es en ésta donde se expone información de interés público a la que los ciudadanos no pueden acceder por sí mismos. A pesar de la importancia que para la sociedad tiene el trabajo de los periodistas, éstos se encuentran indefensos ante actos de barbarie como el linchamiento de una persona. La percepción de inseguridad se tiene en todo el estado. Basta recorrer las calles de cualquier colonia de la ciudad capital para ver que los vecinos se han organizado, que de sus balcones y rejas penden avisos de “Ladrón, si te atrapamos te vamos a linchar”. La autoridad misma, rebasada y sin ideas, ha propiciado la organización vecinal: el domingo pasado, el gobernador Rafael Moreno Valle entregó a habitantes de Valsequillo “alarmas” para hacer frente a la delincuencia. Y si por un lado se dan elementos para estar en contacto cercano con los cuerpos de seguridad, por el otro existe una terrible negación de la realidad: Diódoro Carrasco Altamirano, titular de la Secretaría General de Gobierno, reconoce conflictos internos en sólo 11 municipios y, para él, de esos 11 sólo Felipe Ángeles y Ocoyucan continúan con problemas. En su comparecencia ante el Congreso del estado no merecieron ni una palabra los dos encuestadores linchados en octubre de 2015 en Ajalpan. ¿Los diputados?, tampoco se acordaron de ellos, ni de que deben legislar para la sociedad. Cinco meses bastaron para olvidar a dos jóvenes asesinados al ser confundidos con secuestradores. ¿Cómo va a cambiar el gobierno la desconfianza de los habitantes hacia todo aquel extraño que se acerque a sus pueblos, a sus viviendas?, ¿qué han vivido, qué han soportado para no sólo detener y entregar al sospechoso?, ¿qué los llevó a tomar la decisión de hacerse justicia por sí mismos sin que medie el proceso garantizado en las leyes que nos rigen? El trabajo que deben hacer las autoridades es mayúsculo, pero es eso: su trabajo. Patricia, nuestra colega y compañera en estas páginas, fue víctima de esa desconfianza hacia el extraño, hacia el desconocido; fue víctima de la negligencia que por décadas han tenido los gobernantes de todos los niveles para garantizar que haya justicia y que los periodistas puedan realizar con absoluta seguridad su trabajo, al que siempre van acompañados de una libreta, una pluma y una grabadora. Exigimos a las autoridades de todos los niveles de gobierno que se garantice seguridad y respeto al trabajo periodístico que en ambientes hostiles realizamos quienes trabajamos en El Popular, diario imparcial de Puebla. Repudiamos los hechos violentos cometidos contra nuestra colega como una violación a la libertad de expresión y exigimos a las autoridades garantizar el ejercicio pleno de la libertad de expresión en condiciones de seguridad y acceso a la justicia. También, con Patricia Flores, hacemos un reconocimiento a Miguel Ángel Velázquez, único elemento de la Policía Estatal que intervino para evitar que derivara en tragedia la golpiza propinada a nuestra compañera por los enardecidos pobladores. Es él un ejemplo para sus mandos, medios y altos.
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