¿Y el alcalde de Cuautlancingo?

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Redacción


Marzo 03, 2016
Carlos Gómez Miedo es lo que se respira en el municipio de Cuautlancingo después de la irrupción violenta de un comando fuertemente armado la madrugada del martes 1 de marzo a un palenque, en donde extraoficialmente se sabe que ejecutó a dos personas y “levantó” a otras 20. De lo poco que se sabe, por algunos testimonios anónimos de los asistentes, es que cerca de las 12:30 a.m., había iniciado el palenque autorizado por el Ayuntamiento de Cuautlancingo con normalidad. El lugar donde se realizó el evento estaba a media calle de la Presidencia Municipal de Cuautlancingo y dentro de ésta se encuentra la Comandancia de la Policía Municipal. Los mismos testimonios indican que los hombres llegaron en varias camionetas, con armas de alto poder y con el rostro cubierto. De inmediato los disparos iniciaron y en ese lugar cayeron dos personas muertas. Sin embargo, los sicarios buscaban a una persona en particular. Los hombres fuertemente armados ordenaron a todos los presentes tirarse al suelo y entregar de forma inmediata sus teléfonos celulares para evitar cualquier evidencia. Esos testimonios hablan de por lo menos unas 20 personas al interior del Palenque y otras tantas en la parte exterior fuertemente armadas. Los disparos se escucharon a varias calles de distancia y los policías que estaban de guardia simplemente se atrincheraron en la Comandancia. Se sabe que el comando tuvo por lo menos media hora para retirar todos los teléfonos de los asistentes, saquear las carteras (había apuestas cuantiosas por las peleas de gallos), llevarse todo lo que había ingresado por las entradas al evento y elegir a los hombres y mujeres que se llevaron a golpes en las camionetas en las que llegaron. Los integrantes de este comando se dieron el lujo de arrastrar los cuerpos de las dos personas muertas hacia la parte exterior del palenque para subirlos a las camionetas. También tuvieron tiempo de subir a golpes a unas 20 personas a sus camionetas y preparar la huida. Todo eso ocurrió en un lapso de 30 minutos. Todo eso a media calle de la Comandancia de la Policía Municipal de Cuautlancingo. A escasos metros de la oficina del presidente municipal emanado del PAN, Félix Casiano. Los vecinos sólo pudieron ver a hombres armados y camionetas. Pero nadie se atrevió a salir de sus viviendas. El asalto fue tan violento que los vecinos simplemente decidieron refugiarse en sus casas. Al otro día las huellas de la violencia eran evidentes. La sangre de los ejecutados quedó como testigo de la violencia inusitada que se vivió en ese municipio. Han pasado dos días y el alcalde simplemente guarda un extraño silencio. Sólo él y sus policías saben por qué no actuaron durante la media hora o más que tardó el ataque del comando armado. Las redes sociales del alcalde y el Ayuntamiento de Cuautlancingo mantienen ese silencio que causa muchas dudas. La población se pregunta una y otra vez ¿dónde está el alcalde Félix Casiano? Su silencio es muy sospechoso. *** Alfonso Esparza Ortiz ayer inauguró la obra emblemática en lo que va de su rectorado en la BUAP. Modernizó el Área de la Salud de la BUAP con una testigo de primer nivel: el exrector de la UNAM y actual secretario de Salud Federal, José Narro Robles. La BUAP hoy cuenta con una moderna Torre de Especialidades en el Hospital Universitario, un Edificio Multilaboratorios, la Biblioteca del Área de la Salud y un estacionamiento automático. La modernización de la infraestructura de la BUAP va de la mano de la calidad académica. Ya se ven con creces el proyecto académico del rector. Los principales beneficiados serán los estudiantes, académicos, derechohabientes y la sociedad poblana.
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