El PRI camina hacia el precipicio

El PRI empezó muy mal su elección de candidato a la gubernatura: en 2010 todos ignoraron a Javier López Zavala y a ahora a Blanca Alcalá.

La ansiedad se apoderó de los aspirantes del PRI a la gubernatura de Puebla en el 2018 y ya iniciaron los destapes de Enrique Doger, Juan Carlos Lastiri, Javier López Zavala y Alejandro Armenta Mier.

Ninguno de los personajes anteriormente mencionados ha sido capaz de entender que sus posibilidades de ganar tienen que pasar por un verdadero proceso de reconciliación, mismo que dejaron pendiente desde el 2010, por lo que la división persiste y fue una de las causas de la derrota de Blanca Alcalá el pasado 5 de junio.

Los cuatro aspirantes del PRI avanzan hacia un precipicio y han acelerado el paso porque temen quedar fuera del reparto de las candidaturas sin ver el riesgo que corren.

Los cuatro saben que deben pelear por la candidatura a la gubernatura para obtener como premio de consolación la candidatura de la primera fórmula al Senado de la República y en estos momentos los dos aspirantes mejor posicionados son Enrique Doger y Juan Carlos Lastiri.

Sin embargo, Alejandro Armenta y Javier López Zavala harán su esfuerzo.

El PRI entró a un nuevo juego perverso de traiciones y los aspirantes antes señalados no tienen la capacidad y liderazgo para poder convocar a un proceso de reconciliación al interior del PRI.

En otras palabras, el PRI sigue más dividido que nunca y con ese partido hundido en la desconfianza y traición pretenden iniciar la elección de su candidato a la gubernatura.

Es un riesgo muy alto para ellos.

Pero su ansiedad puede más.

Así que otra vez veremos los golpes bajos, las puñaladas por la espalda, la simulación y la traición.

Cualquiera de los cuatro que sea el elegido para ser el candidato a la gubernatura de Puebla en el 2018 estará rodeado de la simulación y la traición.

Ya le pasó a Enrique Agüera y Blanca Alcalá.

¿Quién sigue?

El PRI empezó muy mal otra vez su proceso de elección de candidato a la gubernatura porque en 2010 todos ignoraron a Javier López Zavala y ahora lo hacen con Blanca Alcalá.

Ambos ex candidatos saben que el PRI está lleno de traidores y simuladores y mientras no los corran de su partido entonces seguirán con una estructura falsa, sin operadores políticos reales, sin liderazgos regionales y que se venden al PAN.

El camino que han tomado no los llevará a Casa Puebla.

Van directo a otro precipicio.

Y lo mismo ocurrirá en el caso de las candidaturas a los municipios más importantes rumbo al 2018.

Sin unidad el PRI tiene pocas posibilidades de triunfo y se le debe sumar que el gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto va en pleno declive.

Este es el panorama del PRI y cada día se pone peor.

 

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El autor de esta columna se tomará unos días de vacaciones.

Contrastes se publicará el próximo 11 de julio.

@gomezcarlos79

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