Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Julio 18, 2016

Herencia del siglo de las Luces, la divisa "Libertad, Igualdad, Fraternidad" se proclamó por vez primera durante la Revolución francesa. Tristemente vemos que en la actualidad el mundo entero, carece de los tres valores, la libertad se ve cada vez más restringida por delincuentes y fanáticos, no hay igualdad y qué decir de la fraternidad, nadie vive como hermano. El más fuerte o poderoso pasa por encima del débil o del pobre.

Así las cosas, el pasado 14 de julio en que los franceses celebraban su Independencia, se vio empañado por el atentado perpetrado en Niza, cuando un camión embistió por la noche a una multitud que participaba en los festejos del Día de la Bastilla, que dejó un saldo de 84 muertos y 200 heridos, 50 de ellos muy graves.

Por tercera vez en 18 meses el país galo es atacado, por sus calles han corrido ríos de sangre, la desolación, aflicción e incertidumbre han dejado huella en los rostros de los franceses y del mundo entero. La matanza de Niza ha sido reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico, que lo mismo matan a hombres, mujeres y niños.

El presidente Francois Hollande viajó desde Aviñón a Paris para presidir un comité de crisis, declaró que: -"Es innegable el carácter terrorista" del ataque y anunció la prolongación del estado de emergencia por tres meses más".

Por su parte el ex presidente Nicolás Sarkozy, líder del partido Los Republicanos, fustigó al gobierno de Francois Hollande y dijo:-"En los últimos 18 meses no se ha hecho todo lo que se debería haber hecho…Estamos en guerra, una guerra total… Así que voy a usar palabras fuertes: serán ellos o nosotros", dijo Sarkozy al canal TF1.

Y más allá, en las redes sociales corrió una frase que supuestamente citó el presidente Vladimir Putin, dos semanas después del atentado del Metrojet 9268 en el que perdieron la vida más de 200 personas. Putin entonces anunció que Rusia duplicaría sus esfuerzos en la lucha contra el estado islámico y refería:-"Perdonar a los terroristas es cosa de Dios, enviarlos con él es cosa mía". Lo cierto es que la frase tiene fuerza y quizá hasta sentido en estos tiempos, y es que como he mencionado, los terroristas son orates, no se tientan el corazón a la hora de realizar los más arteros ataques, ellos no distinguen nacionalidad, razas, credos, sexo, edad, arremeten parejo contra ciudadanos del orbe.

Si bien la violencia genera más violencia, hoy el mundo lucha contra una secta, el Daesh, que preconiza la religión yihadista; secta milenarista que afirma la inminencia del fin de los tiempos, por la multiplicación de signos proféticos en la tierra de Siria.

Dios nos ampare, porque si aún no es tiempo del término de los días para la humanidad, hay a quienes les urge que llegue el fin. Quizá entonces la razón asista a los líderes y ex líderes que apuntan a exterminar a los terroristas, aún a pesar de que en el intento fallezcan miles de inocentes.

Escalofriante e impostergable el desafío que hoy enfrentan las naciones, acabar con el enemigo y tarde que temprano restaurar la insignia del pueblo francés, la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los seres humanos.

 

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