La próxima elección presidencial de los EE.UU. el 8 de noviembre será una prueba de fuego para la democracia.
La próxima elección presidencial de los EE.UU. el 8 de noviembre será una prueba de fuego para la democracia. Como la revista conservadora The American Spectator, ahora el 19 de julio pasado, el analista James Kirchick publicó un artículo de opinión en el poderoso Los Angeles Times que cimbró las instancias de poder: "si gana Trump, no es imposible un golpe de Estado aquí en los Estados Unidos". La situación de inestabilidad política en los EE.UU. por el avance electoral de Trump la víspera de la convención republicana fue comparada por el analista con la que reinó en Turquía y llevó al reciente frustrado golpe de Estado. Y terminó su texto con palabras de advertencia: "Trump no sólo es manifiestamente incapaz de ser presidente, sino que es un peligro para los EE.UU. y para el mundo. Los votantes le deben parar antes de que unmilitar tenga que hacerlo". Lo malo, sin embargo, ha sido el hecho de que los votantes republicanos subieron a Trump a la candidatura republicana precisamente en función de su discurso racista, excluyente y violento. Y del lado demócrata, la convención del lunes para coronar a Hillary Clinton fue un fracaso político porque mostró una fractura en la militancia. El mensaje no pudo haber sido más desalentador: el voto demócrata bajará y ayudará la victoria de Trump. En unas horas, el escenario político de los EE.UU. mostró indicios importantes: 1.- El experto en encuestas Nate Silver, que había señalado una buena posición de Trump a finales de la semana pasada, lanzó su predicción despuésde la convención demócrata: si el lunes fueran las elecciones, Trump ganaría con el 57.5% de los votos, contra 42.5% de Hillary. 2.- A pesar de que en un editorial institucional le dio su apoyo a Hillary, el poderoso vocero del establishment progresista de los EE.UU The Washington Post publicó el lunes cuatro referencias negativas a Hillary en varias encuestas: el 68% dice que Hillary no es honesta ni confiable, su imagen no había sido peor como la del tiempo político de la convención y con cifras positivas de apenas 30%, sólo el 38% dice que estaría orgulloso de tener a Hillary de presidente y alrededor de la mitad de los demócratas en las primarias votaron por Bernie Sanders. 3.- En la crónica de la convención demócrata en Filadelfia, el The Washington Post narró que había sido un "día de humillación" para la presidenta del dividido Partido Demócrata, quien anunció su renuncia al cargo antes del evento por pruebas de que había sido parcial a Hillary. Gritos de "¡¡¡vergüenza!!!" opacaron su intervención. 4.- El proceso electoral estadunidense entró en una lógica de seguridad nacional y mostró que el error de Hillary de usar correos electrónicos abiertos como secretaria de Estado era el menor de sus problemas. La plataforma WikiLeaks --que usó el espía Edward Snowden, asilado en Rusia--filtró miles de correos electrónicos de funcionarios del PD para ayudar ilegalmente a Hillary. Las pistas han llevado al presidente ruso Putin metiéndose en los nervios del proceso de elección del próximo presidente estadunidense.El sitio Defenseone dijo que Putin había convertido WikiLeaks es un arma política. 5.- Y la intervención directa de Obama a favor de Hillary es más una carga que un potencial electoral por el repudio ciudadano contra el presidente saliente por sus promesas incumplidas. De ahí el artículo en LATimespidiendo golpe de Estado contra Trump, luego de queen mayo la revista conservadora The American Spectator había también abierto la necesidad de un golpe militar contra Trump.
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