Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Agosto 03, 2016

Jan Jarab, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en Derechos Humanos, afirmó que actualmente en muchos centros penitenciarios del país, se observan preocupantes condiciones de hacinamiento y una organización interna, que no distingue entre personas procesadas y sentenciadas.

Al cumplirse un nuevo aniversario de las reglas adoptadas por Naciones Unidas, para el tratamiento de las personas privadas de la libertad, recientemente renovadas mediante la adopción de las Reglas de Nelson Mandela, la ONU-DH recibió con beneplácito la emisión de la Ley Nacional de Ejecución Penal, y llamó a las autoridades del país para lograr su pronta y eficaz implementación.

La ley de ejecución penal, señaló, es una norma de avanzada para la protección de los derechos humanos de las personas privadas de libertad y un importante paso en esta materia que se enmarca en las transformaciones que México ha experimentado en sus sistemas de justicia penal y de garantías individuales.
En lo personal opino que las cárceles debían privatizarse y los ciudadanos no pagáramos un alto precio por mantener a criminales
que no se tocan el corazón a la hora de realizar los más aberrantes crímenes, desde robo con violencia, secuestros con mutilación de alguna de las partes de las víctimas; violaciones y muertes.
Son ya demasiados al menos en México, los corazones apachurrados por el dolor
, por la pérdida de familiares a causa de la delincuencia organizada, auténticos rufianes de los que están sobrepobladas los centros penitenciarios, que una vez que logran escapar o terminan sus condenas, salen a delinquir con más rabia así como con nuevos y más severos métodos para cometer sus fechorías; enseñanzas que han adquirido y perfeccionado en los reclusorios.
Y es que desde las cárceles, con la corrupción que prevalece, los criminales orquestan a bandas delincuenciales
que afuera reciben instrucciones para cometer los más arteros crímenes, y ya no necesariamente bajo el influjo de alguna droga.
Por si algún pretexto faltara, con lo cara que está la vida en nuestro México, las precarias ofertas de empleo
, aunadas a los bajos salarios, incrementan los robos.
Sabido es que dentro de las prisiones ni están todos los maleantes que debieran, y sí hay muchos inocentes
que bien podrían estar en libertad.
Se me ocurre por principio de cuentas, que para evitar la sobrepoblación en los centros penitenciarios, se podrían construir más penales
, implementar la pena de muerte y llevar a cabo la depuración de reos.
Nunca es bueno hacer comparaciones, más si hay países del primer mundo que pueden aportar ideas y experiencias al sistema penitenciario, por qué no hacerlo. Y es que en Holanda, con la disminución de los actos delictivos, el gobierno ha buscado nuevas maneras de utilizar sus cárceles.

Las celdas de una docena de prisiones en Holanda se han convertido en los hogares temporales de familias
provenientes de países en conflicto como Siria, Irak y Afganistán.
Además en la ciudad de Roermond,
por ejemplo, un centro reclusorio fue restaurado en 2011, y ahora funciona como un exclusivo hotel llamado Het Arresthuis (La Casa del Juicio, en español).
Son a los legisladores y a las autoridades penitenciarias, a quienes corresponde estudiar, y buscar una solución
, a la sobrepoblación de los penales.
Lo conveniente creo, sería considerar espacios en los mismos centros de reclusión
, para que los propios reos se dediquen a cultivar vegetales y criar algunos animales con el propósito de sustentar su propia alimentación. 
Así mismo, llevarlos por grupos y con un aditamento electrónico para evitar fugas
, a los –menos peligrosos-, a realizar tareas como el barrido de calles y avenidas, para resarcir un poco el mal que han hecho a la sociedad.

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