Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Agosto 22, 2016

Los problemas de movilidad, vialidad y accesibilidad en la Zona Metropolitana del Valle de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla, se han agudizado en la última década a causa de una política pública encaminada a invertir y construir infraestructura vial dirigida, esencialmente al automóvil particular.

En días recientes El Poder del Consumidor, presentó el resultado de un estudio que exhibe datos importantes entre ellos que para hacer frente a la expansión urbana desordenada, se ha recurrido a la falsa solución de aumentar la capacidad de las redes viales, cuyo resultado ha sido el incremento explosivo del número de automóviles, generando más y mayores congestionamientos viales.

Asimismo cifras escalofriantes como que México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en accidentes viales. Estados Unidos por citar un ejemplo, invierte 2.7 dólares por habitante en proyectos que impactan en la seguridad vial, y México destina únicamente 0.08 dólares por habitante.

Peatónico, personaje singular que rescata los valores de la lucha libre, deambula por las calles y avenidas de nuestro México, con todo y máscara; y afirma que hay cinco millones de automóviles y cada día cometen 63 accidentes que ocasionan 21 heridos, y 3 muertos, de ellos al menos uno es un peatón. –"En nuestro país mueren más personas por accidentes de tráfico que en la lucha contra el narco, y son la principal causa de muerte de menores". Y el principal objetivo de este personaje, es realizar una acción espectáculo de cultura cívica para reivindicar al peatón.

Los expertos observan en la Ciudad de México una política pública que invierte en vialidades privilegiando al automóvil, por encima del transporte público. De tal forma que por cada 2 kilómetros de autopista urbana construida podría edificarse una línea de Metrobús. Una muestra clara de cómo se han ejercido los recursos en las obras viales contra transporte público, está en el costo de proyectos como la Supervía Poniente: 5.4 kilómetros con un costo de 6 mil millones de pesos (mil ciento once millones de pesos por cada kilómetro de obra). El proyecto del segundo piso del Periférico, la autopista norte-sur, comprendía 29.5 kilómetros a un costo de 30 mil millones de pesos.

Así vemos que con el dinero invertido en las autopistas urbanas, habría sido posible construir una red de transporte público de calidad, con al menos 12 líneas de Metrobús (adicionales a las que hoy existen), lo que añadiría al sistema una capacidad para mover diariamente a casi dos millones de usuarios de manera rápida y segura.

Lo cierto es que nuestras flamantes autoridades federales y capitalinas, exprimen cada vez más el bolsillo de los mexicanos, las calles permanecen llenas de boquetes, el dinero que se recauda del costo de tenencia, parquímetros, multas, etcétera uno desconoce quién se está enriqueciendo con estos recursos, porque de mejoras en la ciudad nomás no se percibe nada, y ni qué hablar de la inseguridad en el transporte. Es cierto que los funcionarios han incrementado el costo de la gasolina y el peaje en autovías por citar sólo algunos, para desincentivar el uso del automóvil, sin embargo olvidan que tristemente somos un país tercermundista, y carecemos de carriles y educación para transitar por ejemplo en bicicletas, y con las adecuadas medidas de seguridad.

Asimismo hoy sabemos que durante las últimas tres décadas, la contaminación atmosférica en las principales áreas metropolitanas del país ha sido motivo de estudio y preocupación social por los impactos negativos en la salud pública y la competitividad en la región.

Diversos estudios muestran que la exposición crónica a la contaminación del aire se asocia con el incremento de problemas cardiovasculares y respiratorios, como el aumento de ataques de asma.

En México, actualmente se miden los siguientes contaminantes: Ozono, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre, partículas suspendidas totales, partículas menores a diez micras, partículas menores a 2.5 micras y plomo. Para cada uno de éstos existe una norma Oficial Mexicana, que regula su emisión y monitoreo.

Por lo anterior, la Organización Mundial de la Salud, refiere que la exposición a los contaminantes atmosféricos, está en gran medida fuera de control personal, por lo que se requiere que las autoridades públicas apliquen las normas de salud.

Por lo pronto se estima que al año mueren en México 8 mil personas por cáncer de pulmón, enfermedades cardiopulmonares e infecciones respiratorias relacionadas con exposición de contaminantes atmosféricos, generada principalmente por automotores. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía señala que la contaminación atmosférica representa los mayores costos ambientales en México al año, al ubicarse en 500 mil millones de pesos, lo que representa 4.4 por ciento del Producto Interno Bruto.

Así las cosas los expertos ya han solicitado a las autoridades correspondientes expandir, modernizar e integrar el transporte público convencional, fomentar el uso de tecnologías y transporte limpios, infraestructura segura, cómoda y confiable para peatones y ciclistas, además impulsar la creación de calles y parques seguros, donde se recupere el espacio público y la infraestructura urbana, para que todos los sectores sociales puedan utilizar la calle para su movilidad y convivencia; entre otras.

De lo anterior se desprende que si las cosas no cambian, habremos un día de caer como muchos pájaros que fallecen a causa de los contaminantes en la ciudad de México. Es tiempo de actuar tanto gobierno como sociedad, en aras de un mejor medio ambiente de lo contrario las consecuencias severas las veremos al tiempo…

 

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