Terremoto Trump al 2018

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Ángel SORIANO


Septiembre 08, 2016

El vendaval que provocó la visita del candidato republicano Donald Trump no sólo le valió un repunte en su campaña electoral, sino sirvió de ariete para un reacomodo político en México con vistas al 2018, al influir en la salida del titular de Hacienda, Luis Videgaray, fortalecer al cuatro veces secretario de Estado, José Antonio Meade, e incluso colocar en la misma pista al mexiquense Luis Enrique Miranda Nava, con los mismos propósitos para el 2018.

Pronto se comprenderán las decisiones políticas, hoy criticadas en un ambiente democrático y de libertad, dijo desde Zacatecas el Presidente Enrique Peña Nieto que ha hecho su juego político, quizá utilizando al mismo magnate neoyorquino para mover sus fichas hacia la sucesión presidencial del 2018 porque hay que tener en que el responsable de la conducción del país es el Jefe de Estado, jefe de Gobierno, comandante de las Fuerzas Armadas y líder del partido mayoritario en México.

Pronto, quizá, habremos de comprender los verdaderos alcances de la visita del aspirante republicano a la Casa Blanca y quienes han llamado al Presidente de México de diversos calificativos, habrán de comerse sus palabras porque Trump no utilizó al jefe de Estado mexicano, sino que fue utilizado para cuestiones de política interna, quizá a alto costo al llevarse de corbata a nuestros símbolos nacionales que fueron puestos al servicio del repudiado magnate.

Porque la visita de Trump, aun cuando haya sido sugerida y manipulada por el exsecretario de Hacienda, no puede atribuírsele todo el éxito o todo el fracaso que supuestamente lo trabajo para estabilizar los mercados financieros internacionales, porque Trump está todavía lejos de la presidencia estadounidense y aun cuando haya recobrado ventaja sobre la demócrata Hillary Clinton, no está todavía en el ánimo de los electores estadounidenses para suceder a Barack Obama.

O bien hay la certeza en Los Pinos de que Trump no tiene posibilidades de alcanzar la Presidencia, o bien existe la certeza de que si llegará a la casa Blanca y que representa una amenaza real. En cualesquiera de las dos circunstancias se juega el porvenir de nuestra nación y del destino de los 11 millones de connacionales que viven bajo la persecución y amenaza de ser deportado a su país de origen dejando tras ellos a su familia, su empleo y su ingreso.

Otra de las consecuencias que se han visto en este reacomodo de fuerzas es la salida del jefe del SAT, Aristóteles Núñez, que a pesar de ser un funcionario eficiente que aumentó la recaudación fiscal, no dejó ir sólo a su jefe Luis Videgaray, sino que presentó de inmediato su renuncia para dar paso a nuevos liderazgos, dijo, a nuevas modalidades en la administración pública, lo que demuestran una lealtad absoluta a quien le dio la oportunidad de colaborar desde un alto cargo.

En cuanto a Luis Enrique Miranda Nava, desde la subsecretaría de Gobernación venía operando asuntos delicados, entre ellos la vuelta a clases de la disidencia magisterial, que se ha logrado parcialmente, pero que en prolongadas mesas de trabajo y diálogos intentos, realizó una intensa tarea de convencimiento, siguiendo las líneas presidenciales. Llegar a ser secretario de Estado es una demostración de que hizo bien su trabajo y de que la recompensa lo ubica también en el terreno de los presidenciales, ¿en qué posición, en qué circunstancias? Habrá que ver su trabajo en los próximos meses.

Donald Trump de esa manera cumplió con un propósito, de política interna y de política internacional.

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