El valor de la Familia en México

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Emmanuel SHERWELL


Septiembre 20, 2016

En este momento miles de familias mexicanas, se están enfrentando a una corriente socio-cultural relativista que principalmente está buscando situar al matrimonio como una mera unión legal, proponiendo además una apertura hacia su manipulación a tal punto de despojarla de su naturaleza heterosexual. Observamos, como diversos grupos, asociaciones, partidos políticos, instancias de gobierno, legisladores, jueces, magistrados y medios de comunicación desean quitarle mayores funciones dentro de la sociedad, buscando en términos tajantes disolverla bajo el argumento y afirmación de que todas las formas de cohabitación y unión son "familia"; minimizando además, la relación entre un hombre y una mujer para la procreación.

El modelo de familia en México está siendo atacado y difamado, se ha propagado la idea que es difícil su existencia y permanencia, como si fuera un lugar de privación de las libertades a la persona, un medio que produce discriminación y violencia, en la que se limita y transgrede la libertad de la persona. Si bien hay que reconocer que la familia no es siempre una realidad perfecta y acabada, también hay que expresar que lo es que alrededor de la unión entre hombre y mujer, la comunidad de vida entre padres e hijos, la configuran no sólo como un grupo social característico, sino como una institución social fundamental.

El que haya muchos divorcios y bastantes uniones no matrimoniales, esto no indica la norma a seguir. Como se indicó en el V Encuentro Mundial de la Familia Valencia, la situación sociológica de la familia en un determinado país y en un cierto momento histórico únicamente indica lo que acontece, pero no lo que la familia está llamada a ser, sino lo que «debe ser».

A pesar de las distintas realidades que sufre la familia hoy en día y de los repetidos intentos de considerarla como variadas formas de convivencia íntima, debemos saber que la familia tiene un valor irremplazable en la sociedad. Comentaré algunos puntos: primeramente, ya que por medio de ella, se constituyen un conjunto de relaciones interpersonales, los esposos se perfeccionan, crecen mutuamente y colaboran con la procreación de nuevas vidas y su educación; segundo, porque es la familia el canal privilegiado de humanización donde se aprende a ser hombre y mujer; tercero, porque es una realidad con una intervención ética en el desarrollo y realización humana, en el bien común de la sociedad; cuarto, porque la familia es la sociedad natural donde el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida; quinto, porque son diversos los datos que demuestran que la familia es lo mejor para el desenvolvimiento del hombre, la mujer, los hijos y la sociedad; sexto, porque permite un alto nivel de compromiso entre el hombre y la mujer, y al mismo tiempo ofrece un nivel más alto de seguridad a los niños; entre otras tantos hechos. La familia es, en cierto modo, «una escuela de las mejores virtudes humanas» (Concilio Vaticano II, Const. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo, 1965).

Querer equiparar a las parejas de hecho al matrimonio, contribuye a la destrucción del concepto de familia, disminuye la importancia social de la institución, y se actúa sin consideración o respeto con los posibles hijos de tales uniones y su derecho a nacer en una familia estable y bien constituida; disminuye la intensidad, la fuerza, el valor de un hecho: como la fidelidad y, afianza el sentido de egoísmo en la vida social.

Debemos reflexionar el sentido de importancia que adquiere la familia en México, su valor es irremplazable. Es célula vital y el pilar de la sociedad. Es una realidad por la que todos los Estados deben tener la máxima consideración, pues, como solía repetir Juan Pablo II, "el futuro de la humanidad se fragua en la familia".

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