El que las hace no las consiente

Vicente Fox pidió en Estados Unidos votar por Hillary Clinton y faltó a una importante aportación mexicana al derecho internacional

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En días pasados, en medio del escándalo de la visita de Donald Trump a México y la reacción de la opinión pública nacional e internacional respecto a la forma en que el gobierno mexicano lo recibió en su territorio, surgió la voz de un expresidente mexicano en redes sociales, Vicente Fox Quezada, para pedir a los mexicanos en Estados Unidos el voto por la candidata demócrata, Hillary Clinton, en la próxima elección presidencial del 8 de noviembre. En un corto video, el exmandatario mexicano resaltaba el riesgo que representaría para nuestro país si ganara Donald Trump y explicaba también a los paisanos mexicanos cómo podían ejercer su voto, con apoyo de los consulados mexicanos.

Declaración que sería tal vez de menor importancia si la hubiéramos dicho usted o yo porque las implicaciones por interferir en el proceso electoral de otro país pueden no ser necesariamente claras para cualquier ciudadano del mundo; sin embargo, en este caso, quien las hace es una persona que fue el primer mandatario de este país y lo hace en un contexto en el que México ya tiene sobradas razones para estar en una relación incómoda con su vecino del norte, después de la vinculación que se buscó con los dos candidatos a la presidencia para entablar un diálogo, en su calidad de aspirantes a la presidencia, no como Jefes de Estado, que es como regularmente se hacen las invitaciones.

"El que las hace no las consiente," como diría la sabiduría popular mexicana, sería una frase aplicable a este caso, ya que el hecho de que un expresidente pida el voto por una candidata a la presidencia de Estados Unidos, representa la intervención directa en asuntos internos de ese país; lo cual, visto desde una perspectiva empática, es decir, imaginando este escenario pero invirtiendo los papeles, seguramente hubiera calado profundo en nuestra clase política, ya que a más de un político le hubiera parecido un atentado contra nuestra soberanía nacional e intervencionismo de un país extranjero en nuestros asuntos domésticos el llamar a votar por cualquiera de los candidatos presidenciales.

Las declaraciones las hace quien fuera presidente de México, lo cual representa en nuestro país ser Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Jefe de la Administración Pública Federal, Jefe del Ejército, Marina y Fuerza Aérea y del Estado Mayor Presidencial. Con lo cual se asumiría que conoce no solo cómo se organiza el Estado mexicano sino cómo funciona, a partir de un marco jurídico que regula a las instituciones del sistema político; es decir, quien fuera el máximo representante de nuestro país de 2000 al 2006, quien sabe o debe saber que la política exterior mexicana tiene una serie de principios con mandato constitucional, debe reconocerlos y respetar la soberanía de otra nación para darse libremente la forma de gobierno que mejor les parezca, independientemente de que quien encabece ese proyecto político electo, no sea afín a nuestros intereses. En todo contexto democrático, es voluntad de la ciudadanía elegir libremente quien lo represente.

La Doctrina Estrada, una de las aportaciones mexicanas de mayor valor al derecho internacional, se basa justamente en dos principios que no atendió el expresidente Fox: 1) La autodeterminación de los pueblos, que es el derecho que tienen para aceptar, mantener o cambiar a sus autoridades; y, 2) La no intervención en asuntos internos de otros estados.

Considero que si el Estado mexicano desconociera sus propios principios de política exterior, no cabrían entonces inconformidades o extrañamientos si otros países hicieran lo mismo respecto a asuntos que son derecho nuestro ejercer aquí; aunque no fueron declaraciones del presidente de México, son pronunciamientos que en el contexto que estamos viviendo no fueron responsables o sensatos por parte de este líder político mexicano, quien ya ocupó ese mismo cargo.

@floresm_mx

* Politóloga del Tecnológico de Monterrey en Puebla

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