09 de Octubre de 2016 |
Hoy domingo 9 de octubre tendrá lugar el segundo debate entre la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton y el candidato republicano Donald Trump. El primer encuentro ocurrió el 26 de septiembre y hay opiniones divididas en cuanto a quién de los dos aspirantes resultó triunfador. Aún sin haber un vencedor claro, parece ser que Hillary obtuvo cierta ventaja táctica ese día: arrinconó a su adversario con el asunto de la falta en el pago de impuestos y se vio más conocedora en temas de política internacional, su mayor fortaleza dada su mejor experiencia como funcionaria, senadora y Secretaria de Estado. (Trump desconoce el servicio público y la política exterior americana). Los aspectos más visibles de Trump son su obcecación por el proteccionismo comercial y por lo que considera negativo para su país: el tratado de libre comercio con México (y Canadá), aunque su blanco de ataque sólo es nuestro país, con lo cual está mostrando el lado flaco de sus conocimientos en economía y finanzas, al desconocer la aplicación de ventajas comparativas y los beneficios financieros para quien invierte fuera de los EU. Asunto relevante es su idea u ocurrencia (que no proyecto), de construir un gran muro a lo largo de la frontera con México, aduciendo que por ese largo tramo se introducen narcotraficantes, criminales, terroristas y malandrines de toda laya. Como se sabe, el odio de Trump a México y los mexicanos deriva de una sentencia judicial adversa a él, por adquisición irregular de propiedades inmobiliarias en Baja California. Esa es su gran motivación, como para Hitler fue echar la culpa a los judíos por la derrota de Alemania en 1918. El presidente de México, Peña Nieto, ha dicho que le dijo a Trump: "México no pagará por el muro". Pero tal vez en Los Pinos ignoren (o se hacen tontos) que el plan perverso del republicano es gravar en Estados Unidos, las remesas de dinero que envían los trabajadores mexicanos; es decir, no piensa tocar dineros de nuestra Hacienda Pública, pero sí mermar los recursos que para consumo llegan a las familias de emigrados. Si no hubo claro triunfador en el debate, la discusión del posdebate en cambio ha subido de tono: Trump ha amenazado con hacer alusiones al affaire Clinton-Lewinsky, en un desplante de bajeza sobre temas personales ya superados. Repentinamente, han salido a la luz grabaciones y videos de Trump de corte obsceno, burlón y despectivo hacia las mujeres. También se ha revelado que el candidato del elefante (mascota del Partido Republicano) no ha pagado impuestos durante 18 años al reportar pérdidas en sus negocios (en el debate anterior, negó la presentación de su declaración de impuestos. No hay "3 de 3" en Gringolandia). Es de suponerse que hoy por la noche Donald Trump llegue entrenado para la discusión, pero le será muy difícil contener sus ímpetus verbales y sus impulsos agresivos por su misoginia: no puede aceptar como par a una mujer. Agotados sus débiles y falsos argumentos sobre economía, usará la argucia de recuperar para su país el potencial militar que por cierto nadie discute. Algunos congresistas republicanos y miembros prominentes del GOP (Grand Old Party) han mostrado dudas y rechazo a las expresiones de su candidato. Las encuestas ya no son fuente de aproximación siquiera y aunque va arriba Hillary, tampoco es garantía de que ella triunfe. Tampoco la candidata demócrata se ha pronunciado sobre México y es probable que en su ánimo persista la malhadada invitación que hizo Peña a su rival. Periódicos influyentes como The New York Times o The Washington Post han sido especialmente críticos a Trump, sin que por ello elogien a la ex primera dama. Hoy, en vivo, en palabras candentes puede definirse quién ocupará la Casa Blanca (la de Washington D.C.) a partir del próximo 20 de enero. México es cautivo de jugadas políticas de Grandes Ligas. No hay más muros que el odio y la venganza. |