Países Bajos, ejemplo europeo de movilidad urbana

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Cuando en la década de 1970 del siglo pasado miles de habitantes de las ciudades de Países Bajos se manifestaron en las calles para protestar por la excesiva infraestructura destinada al uso del automóvil, las autoridades observaron la necesidad de llevar a cabo cambios radicales para elevar el nivel de vida de los pobladores ante el descontento evidente.

Fue entonces que, a través de una ardua labor investigativa, con el asesoramiento y guía de desarrolladores provenientes de Estados Unidos, se dio un profundo y trascendental impulso al nuevo modelo de movilidad y resiliencia que ha convertido a localidades holandesas como Ámsterdam y Rotterdam en modelo de viabilidad para la convivencia entre automovilistas, peatones, transporte público y, por supuesto, ciclistas.

Durante la Misión Mexicana a Países Bajos que recientemente concluí y en la que participé por invitación de la Embajada Holandesa en México y por el Banco Mundial, estudiamos diversas medidas tomadas por las autoridades de este país del noroeste de Europa respecto al tema.

Así, pude observar que se redujeron carriles para automóviles con la finalidad de distribuir una vía para automotores mientras que dos se destinan a bicicletas. Actualmente, en Holanda, hay 1.3 bicicletas por cada habitante, y aunque la proporción de autos es casi de uno por persona, el equilibrio entre los medios de transporte es evidente y funcional.

Cuando en 1992 se aprobó una norma para reducir los espacios de estacionamiento en 51 por ciento para automóviles y se reguló la velocidad en 50 y 30 kilómetros por hora, al depender de la zona y de los medios de traslado, se ganaron decenas de espacios destinados para estacionar las bicicletas.

Un ejemplo de lo anterior es la estación de trenes de Ultreht, uno de los nudos viales más grandes del mundo, en donde no existe un solo cajón de estacionamiento para autos, por lo que 60 por ciento de los usuarios llega en bicicleta, y su estacionamiento tiene capacidad para 12 mil unidades.

Además de que los especialistas holandeses en movilidad explicaron que estas medidas redujeron considerablemente la cifra de accidentes de tráfico, la población aprendió a convivir y a trasladarse de una manera rápida, práctica y segura, como se puede observar en el video que subí a mi cuenta de Facebook: Pablo Fernández del Campo, y que los invito a comentar.

Si bien los percances de tránsito son inevitables por la concentración de vehículos automotores y bicicletas, se implementó un amplio sistema de vías, caminos y diseño de flujos que contribuyen a la prevención de accidentes, como lo es la separación suficiente de los carriles destinados a autobuses y a bicicletas.

Desde luego, conseguir este nivel de civilidad y respeto por los habitantes de una ciudad requiere del esfuerzo conjunto de todos los niveles de gobierno, instituciones educativas, especialistas en el tema, pero principalmente, de la sociedad civil, lo que generará una apertura y una mayor visión en cuanto a los temas urbanos para implementar estrategias como las de Países Bajos.

@pabloporpuebla

[email protected]

*Diputado Local de la LIX Legislatura

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