Para qué sirven las crónicas ahora que estamos tan perdidos

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Alfonso ARMADA


Octubre 17, 2016

El diario es una forma de ordenar el caos del mundo. El cajón de sastre es un compendio de las pasiones, olvidos, resquemores, asuntos pendientes, oraciones de un sastre, un periodista, un correveidile, un enamorado, un desencantado, un recortador de fotos de los periódicos. Busco a tientas la forma de dar cuenta del tiempo que hace, como si le sirviera a alguien, además de a mí mismo, porque los artículos, o los posts, deberían tal vez servir como fogonazos, epifanías, salas de espera para apagarlo todo, o encender libros como por ejemplo la Ilíada, en aquellas hermosas ediciones azul oscuro, azul cobalto, de Gredos. Leo la Ilíada en la hermosa traducción de Emilio Crespo Güemes, donde me emociono como un niño que ha aprendido a leer hace poco tiempo ante la escena postrera de Príamo, que logra conmover al despiadado Aquiles para que le entregue el cadáver de Héctor, su hijo:

"Del bien pulido carromato/ sacaron los inmensos rescates en pago de la cabeza de Héctor./ Dejaron, sin embargo, dos mantos y una túnica de fino hilo,/ para darle el cadáver envuelto y que él lo llevara así a casa./ Llamó (Aquiles) a las criadas y les dio orden de bañarlo y de ungirlo,/ trasladándolo aparte, para evitar que Príamo viera a su hijo,/ no fuera a ser que no refrenara la ira en el afligido pecho/ al ver a su hijo, y que perturbara el corazón de Aquiles,/ y éste lo matara, y de Zeus violara los mandatos./ Cuando las criadas lo bañaron y ungieron con aceite/ y le pusieron el bello manto y la túnica,/ el propio Aquiles lo alzó en vilo y lo depositó sobre un lecho,/ y sus compañeros lo subieron sobre el bien pulido carromato". 

Es mucho más largo este poema, pero a mí me hubiera gustado leerlo entero en el arranque del seminario multidisciplinar que la Fundación Ortega-Marañón, cargada de buenas intenciones. Había numerosos invitados procedentes (según el folleto que nos entregaron al inicio, aunque no tengo constancia de que al final se presentaran todos) de Andalucía (3), Aragón (3), Asturias (1), Baleares (2), Cataluña (12), Comunidad Valenciana (6), Galicia (4), Madrid (8), País Vasco (4), Canadá (1) e Italia (1). En la carpeta con los nombres de los participantes se incluía también un mapa a todo color en el que se marcaban las áreas donde se hablan once lenguas (transcribo las denominaciones tal como figuraban en el folleto): castellano, aragonés, asturiano o conjunto de bables, leonés, català/valencià, galego, euskera/vascuence, aranés (dialecto del gascón-lengua occitana), portugués, árabe, tamazig

>>La Aurora, de azafranado velo, se esparció por toda la tierra>>. Después de Homero ya no cabe recurrir a tal imagen sin citarlo. Las metáforas, las figuras literarias, se agotan. De autores perezosos es recurrir al lugar común para salir del paso, que es, por cierto, también, un lugar común.

Paso ante el edificio España, vacío, con grandes pasillos imaginarios, con voces congeladas, historias que se han quedado adheridas a las paredes, a los vanos, los rodapiés, los distribuidores, los alféizares, que un chino tal vez convertirá en palacio de los espejos, las ilusiones, la fortuna, hotel de sueños recobrados. Paso ante el edifico España, que fue el primer rascacielos de muchos de nosotros, que al llegar a Madrid contemplábamos asombrados, como hubieran hecho don Quijote y Sancho si tal mole se hubieran encontrado en su deambular por las certezas y miserias, los espejismos y los descampados de la Mancha. ¿No fue acaso durante décadas, acaso siglos, Madrid poblachón manchego?

Tomé notas de lo que en el seminario sobre El reconocimiento legislativo de la pluralidad lingüística de España dijeron los que no quisieron meterse en camisa de once varas, como Manuel Cruz (que habló de las ventajas del pluralismo político y lingüístico) o José Manuel Blecua (que habló del reconocimiento de una realidad y de la necesidad de su reconocimiento, recordó que el castellano no se convirtió en lengua oficial de España hasta 1902, y que en la República se plantearon problemas que seguimos arrastrando, y que el bilingüismo es muy caro, y que el valor de la lengua para los hablantes es muy alto, y que nada une más a los hablantes que la lengua propia). Invitado de honor a la inauguración del seminario, el presidente de la Real Academia de la Lengua, dijo: «Esta es una cuestión importantísima para la España contemporánea, para la convivencia de España», y por eso apeló a la "máxima responsabilidad".

Acerca de los límites y posibilidades de la crónica se atrevió a hablar hace dos días la Reina doña Letizia. En la entrega del premio Luis Carandell de periodismo, la Reina hizo un homenaje a .

**Director de ABC Cultural; coordina el Máster de Periodismo ABC/UCM; editor de la revista Fronterad

Twitter: @alfarmada

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