Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Octubre 31, 2016

La realidad de quienes habitamos en la Ciudad de México es escalofriante, y no porque en estos días deambulen por las calles brujas, monstruos, calaveras, etcétera, sino porque sobre todo en los últimos tiempos parece ser que el diablo anda suelto.

Ya de plano da miedo salir de casa y no saber si uno habrá de regresar; en embotellamientos viales, en calles y colonias de nuestra capital, tanto de día como de noche, se realizan asaltos a mano armada e incluso, hay repartición de volantes que contienen alguna droga, a través de la cual la persona pierde la voluntad e hipnotizada, lleva a los delincuentes a sus casas, incluso comunican a los maleantes dónde tienen sus pertenencias y objetos de valor. Cada día se incrementan las historias de horror, estamos a merced de los maleantes, y las autoridades tanto capitalinas como federales, hacen como que no ven, no oyen, y permanecen callados. Lo que es peor, quizá por miedo están paralizados y no toman cartas sobre el asunto.

Hace tiempo la realidad supera a la ficción, quizá las series televisivas sobre narcotraficantes, y personajes que delinquen, hace años generaron ideas sobre la forma de cometer los más arteros crímenes y de burlar a las autoridades; ahora seguimos viendo escenas violentas en series cortas y novelas, que a diario se transmiten por los diversos canales de televisión. Sin embargo como digo, por mucho la realidad ha superado a la fantasía y cada vez más en todo México, hay secuestros, desapariciones, asaltos, extorsiones y corrupción; se registran hallazgos macabros como cementerios clandestinos, y todo ocurre bajo la total impunidad para los ciudadanos.

Por lo anterior en diversos estados siguen surgiendo grupos de autodefensa o ciudadanos armados, que enfrentan a delincuentes por la mala gestión o nula actuación de las autoridades. La gente en municipios se organiza y hace justicia por iniciativa propia, así se somete a violadores, secuestradores y todo tipo de delincuentes, en vista de que se carece de una autoridad que vele por garantizar la seguridad de los ciudadanos.

México es rico en bellezas naturales, cultura y gastronomía; sin embargo sitios que antes eran concurridos por turistas, cada día parecen más pueblos fantasma, ya que los delincuentes han ganado terreno, y no vemos la hora en que esta gran nación recupere la tranquilidad y la paz.

Incluso el senador Jorge Luis Preciado del Partido Acción Nacional, ha tenido la idea de legislar en torno a una iniciativa de ley para hacer uso de las armas en casas, trabajo, negocio y en vehículos. Entiendo que la gente de bien queremos salvaguardar nuestra integridad y la de nuestros seres amados. Sin embargo, al pensar en el asunto, sería el caos y acabaríamos matándonos los unos a los otros. Ya de por si los ciudadanos transitamos con pavor, vamos a la expectativa, nerviosos, sumamente enojados y agobiados por llegar sanos y salvos a nuestro destino; los católicos encomendándonos a toda la corte celestial, porque es lo único y lo más importante que nos queda por hacer en este caso.

 En plena celebración de día de muertos muchas almas penan por todo México, por los agravios, las injusticias, la inacción de las autoridades, porque nos han quitado la calma y hasta la voluntad; porque cada año se incrementan las ofrendas a quienes han sufrido los embates de la delincuencia. 

Digo yo, de qué nos sirve ser una nación libre si no podemos transitar por nuestra país, si los delincuentes han rebasado por mucho a la autoridad; si de nada sirve presentar denuncias, si hay expedientes mal hechos que permiten a los delincuentes salir de las prisiones o nunca pisarlas; cada vez son más las agresiones, y es tal el grado de violencia que el asunto como diría Jesús Reyes Heroles: -"Problema que se soslaya estalla"; la situación de la inseguridad ha estallado; por lo que urgen a grandes males, grandes remedios. Ya Basta!!!

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