¿Y la gobernabilidad de Puebla?

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Carlos GÓMEZ


Noviembre 04, 2016

El proyecto político presidencial del gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas, ha provocado un relajamiento innecesario en el área de la Secretaría General de Gobierno y la Secretaría de Seguridad Pública que ha generado un clima preocupante por la pérdida de gobernabilidad en varios municipios.

En las últimas semanas se han vivido actos violentos en donde la población ha tomado acciones contra presuntos delincuentes y, lo más preocupante, contra policías estatales y militares.

Un recuento rápido nos llevan a los intentos de linchamiento en Libres, San Nicolás de los Ranchos, Izúcar de Matamoros, San Andrés Cholula y en esta semana en San Francisco Totimehuacan, además de Lomas de San Miguel y San Jerónimo Caleras.

Además del enfrentamiento entre pobladores de La Magdalena Tetela, Acajete, contra la Policía Estatal y los habitantes de Palmar de Bravo contra elementos del Ejército Mexicano.

Es evidente que la gobernabilidad en la entidad está en riesgo y eso es trabajo de Diódoro Carrasco que debería mejorar la comunicación que tiene con los presidentes municipales para que pueda actuar de manera preventiva y reactiva de manera inmediata.

En el caso de Acajete y Palmar de Bravo la situación es aún más delicada porque los habitantes no temen enfrentarse con las autoridades.

Para nadie es un secreto que ya se perdió el control de la seguridad en el llamado Triángulo Rojo y son las bandas de delincuentes en complicidad con algunos habitantes de esos municipios los que controlan la situación.

Y aunque las autoridades locales han señalado que el tema del robo de hidrocarburos es una problemática de la Federación, la gobernabilidad es un asunto local que debe atenderse para salvaguardar la seguridad de todos los habitantes de esa región del estado que no están inmiscuidos en el Triángulo Rojo.

Con respecto a los intentos de linchamiento es una reacción de la sociedad ante la ola de violencia.

Como ya no existe confianza en las autoridades policíacas, la población decidió tomar cartas en el asunto y actuar por cuenta propia. Sin embargo, existen muchos riesgos de violencia como ocurrió este 2 de noviembre en San Francisco Totimehuacan en donde los vecinos detuvieron a un joven que parecía "sospechoso" y de ahí se desencadenó una ola de violencia que no tuvo control al grado de quemar una camioneta y saquear las oficinas.

Evidentemente no hubo control de la situación por parte de las autoridades auxiliares, ni municipales y menos de las estatales.

La situación cada vez está peor.

Y estamos en el camino del desorden social.

Urge recuperar la gobernabilidad y seguridad.

El 2018 está aún lejos, pero los problemas ya están aquí y son graves.

@gomezcarlos79

www.contrastesdepuebla.com

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