Agua pluvial, recurso que debemos aprovechar los poblanos

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Alrededor del mundo comienza a parecer necesario el desarrollo de la infraestructura de abastecimiento de agua, alcantarillado, limpieza pública, manejo de residuos sólidos, drenaje urbano y manejo de aguas pluviales para garantizar el acceso universal y equitativo al agua potable y a servicios de saneamiento e higiene adecuados.

Lo anterior debe formar parte de planes y proyectos urbanos articulados e integrados que incluyan las intervenciones en materia de habitación y movilidad, y que cuenten con la participación de la población local para reducir significativamente el impacto de las ciudades en el cambio climático, mediante la promoción de patrones de consumo y producción sostenibles que deben ser modificados, como la gestión del suelo urbano, de residuos, del agua y saneamiento.

En México, los gobiernos estatales y municipales presentan dificultades para abastecer de agua potable a las poblaciones urbanas y rurales, debido a que numerosos cuerpos de agua superficial están contaminados y 101 de los 282 acuíferos más importantes, que proveen del 66 por ciento del agua potable en el país, están sobreexplotados, según un estudio realizado por la Comisión Nacional del Agua, elaborado en 2009.

De acuerdo con la Semarnat y la Comisión Nacional del Agua, en México llueven aproximadamente 711 milímetros de lluvia al año; sin embargo, el agua pluvial cae de manera desigual a lo largo de todo el territorio del país, y el 67 por ciento de las lluvias se concentra entre los meses de junio y septiembre. Actualmente, existen tecnologías para captar, almacenar y aprovechar el agua pluvial recolectada en el periodo de lluvias al limpiarla adecuadamente para usarla a lo largo del año.

Reutilizar el recurso pluvial ofrece una solución a la escasez del agua, aunque en ocasiones el almacenamiento de aguas pluviales se puede encontrar con bacterias o patógenos que los filtros no pueden retirar, por lo tanto, se recomienda utilizar esta agua de lluvia con óptimas cualidades, entre otros, en el riego y limpieza de espacios públicos.

Si consideramos que se necesitan de uno a dos litros de agua por persona para mantener limpios los espacios públicos y que en la mayoría de las ciudades el agua para riego y espacios públicos supone 50 por ciento más del total de agua consumida en una ciudad, esta agua almacenada puede utilizarse para el lavado de aceras, riegos y fuentes ornamentales de plazas, parques, áreas recreativas, áreas deportivas, en vez del agua potable que normalmente se utiliza.

Al considerar todo lo anterior, la semana pasada presenté ante el Congreso del Estado una Iniciativa en la que se adiciona en la Ley de Aguas del Estado la solicitud para que el agua pluvial captada y a cargo del Estado y de los municipios se destine para los fines descritos.

El bienestar de los habitantes de una ciudad radica en la correcta utilización de los recursos con los que cuenta para poder distribuirlos de manera equitativa. Si comenzamos a concretar lo que ya se ha probado con éxito en otros centros urbanos del planeta, la sociedad en su conjunto cobrará conciencia de lo que se necesita hacer para cuidar nuestro entorno y asegurar una mejor proyección de vida para las siguientes generaciones.

*Diputado Local de la 59 Legislatura

@pabloporpuebla

Facebook: Pablo Fernandez del Campo

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