Nueva masculinidad a favor de la equidad
La semana pasada presenté ante el Congreso una Iniciativa para que la educación que imparta el estado de Puebla, sus municipios, organismos descentralizados y particulares, con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios, tendrán que, además de los fines establecidos en el artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, infundir conceptos y principios fundamentales enfocados al Derecho a la Ciudad, estimulando la ocupación y comprensión de la ciudad.
El cambio en la mentalidad de los adultos con la finalidad de enfocarlo en un punto de vista de verdadero beneficio colectivo en cualquier tema social únicamente se podrá lograr cuando, desde la infancia, se inculquen en las personas los valores y los preceptos necesarios que puedan aplicar en sus vidas futuras.
Las profundas transformaciones que ha sufrido la humanidad han sido provocadas por esa modificación en la forma de pensar de generaciones sobre generaciones, que finalmente impactan positivamente en el desarrollo de mejores opciones de vida para los habitantes de ciudades y países.
Un aspecto fundamental en la construcción de los centros urbanos lo representa el Derecho a la Ciudad, con el que se pretende restaurar el sentido de pertenencia, instaurar la posibilidad del buen vivir para todos, y hacer de la ciudad el escenario de encuentro para la construcción de la vida colectiva.
La Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad basa su propuesta en el ejercicio pleno de la ciudadanía como principio de todos los derechos humanos que aseguran el bienestar colectivo de los habitantes y la producción y gestión social del hábitat.
También, involucra la gestión democrática de la ciudad a través de la participación de la sociedad de forma directa y participativa, en la planeación y gobierno de las ciudades, fortaleciendo las administraciones públicas a escala local, así como las organizaciones sociales.
Finalmente, incluye la función social de la propiedad y de la ciudad, al ser predominante el bien común sobre el derecho individual de propiedad, lo que implica el uso socialmente justo y ambientalmente sustentable del espacio urbano.
Así, en la construcción de las ciudades sostenibles es necesario tomar en cuenta a todos los sectores de la población, pero en especial a los niños y niñas, como eje transversal, pues tienen un papel especial en el tema si tomamos en consideración que en Puebla viven un millón 799 mil 744 niños y niñas de 0 a 14 años, que representan el 31% de la población de nuestro estado y que, pese a ello, los programas enfocados a la niñez no los toman en cuenta ni son sensibles a sus necesidades.
Enfocarse en los niños y en su derecho a disfrutar de la ciudad, al construir espacios donde vivan dignamente y se posibilite la distribución equitativa de recursos de salud, de educación, de vivienda, es el primer paso a seguir para que tengan la posibilidad de ejercer su Derecho a la Ciudad, por lo que es prioritario infundir los conceptos y principios fundamentales proyectados en este concepto, al estimular la ocupación y comprensión de su lugar de convivencia.
