Queridos Reyes Magos

Esperamos que les vaya muy bien, pónganse abusados, no los vayan a asaltar los malosos

Queridos Reyes Magos:

Los saludamos con mucho cariño. El café con leche y los pastelitos que están junto a nuestros zapatos son para ustedes, para que no piensen que sólo sabemos pedir.

Ahora sí, mi hermano y yo queremos pedirles lo siguiente:

Que ustedes, con su magia, hagan que sólo nuestros papás sean quienes nos eduquen.

No deseamos metiches de esos que como no tienen qué hacer, quieren educarnos como ellos dicen. Tampoco queremos leyes que le digan a nuestros papás a dónde podemos ir y a dónde no. Nos gusta ir a los toros y eso no nos hace niños malos.

No queremos que nadie nos lo prohíba, estamos en un país libre. Como dice mi pa': prohibido prohibir.

Nos damos cuenta que nuestros papás nos aman y no quieren para para nosotros algo que nos perjudique. Si ir a los toros fuera malo, estamos seguros que no nos llevarían.

Es cierto que luego se equivocan, pero como no hay escuelas para aprender a ser papás, jijiji, pues van aprendiendo poco a poco. Además, cuando se dan cuenta que la regaron, luego, luego, corrigen.

Hay muchas personas que quieren imponernos su forma de pensar, eso no me parece justo. No sean canijos, si quieren hacer experimentos que lo hagan con sus hijos, o nietos, no con nosotros o con los demás niños.

Ni mi hermano ni yo queremos ser toreros, nos da miedo ponernos enfrente de un toro, pero los niños que sí quieren serlo, pos que les den chance, que los dejen.

Oigan Reyes Magos, hay unas personas, les dicen activistas, que no quieren que los niños se mueran, eso está muy bien, nadie quiere muertos. Dicen esos activistas que por eso no quieren que haya niños toreros. Lo que nos extraña es que no a todos los chavos les pongan atención. Fíjense que a unas calles de nuestra casa existe un crucero muy peligroso, ahí hay muchos niños que no tienen papás.

Los chavos venden periódico o dulces, limpian parabrisas, otros se ponen nariz de payaso y hacen malabares, todo lo que pueden para ganarse unas monedas. Como el crucero es muy amplio con coches que salen de todos lados, han atropellados a varios de esos niños.

Mi hermano y yo nos preguntamos, ¿cómo es posible que los activistas se ocupen de los niños que quieren ser toreros y a los de los cruceros no les hagan caso?

¿Será que no les hacen caso porque son pobres y están sucios? Esos niños necesitan mucha protección y atención, no los que quieren ser toreros.

Si los diputados y activistas realmente se interesaran por la niñez mexicana voltearían a ver a los chicos que se están muriendo de hambre en todo el país y los que se la juegan en la calle todos los días, no a los que, a Dios gracias, tenemos papás.

Y ya encarrerados queridos Melchor, Gaspar y Baltazar, porfa, tráiganles un cerebro a todos esos diputados y activistas que se sienten la mamá de los pollitos, los muy presumidos, piensan que deben enseñarles a todos los papás mexicanos como deben educar a sus hijos. ¡Se pasan! Son bien hipócritas.

Esperamos que les vaya muy bien, pónganse abusados, no los vayan a asaltar los malosos.

Los queremos: Sandy y Jaime.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, periodismo con causa.