Déficit presupuestal y distracciones de Videgaray, detrás del gasolinazo

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Carlos RAMÍREZ


Enero 11, 2017

Detrás del gasolinazo y del acuerdo corporativo firmado el lunes para absorber el choque social de una decisión económica se esconde la realidad: la crisis de la economía mexicana fue una acumulación de desequilibrios estructurales, de pugnas en la élite financiera y de la pérdida del control de la política económica en 2015-2016.

El trasfondo de la crisis tiene puntos muy concretos:

1. El déficit presupuestal no ha podido ser bajado a 0 por ciento, en el 2015 terminó con 3.5 y en el 2016 podría ser un poco mayor. De 2013 a 2016 pasó casi de 0 por ciento a 400 mil millones de pesos. Para el 2017 se prometió un superávit de 1 por ciento pero no podía lograrse. El recorte de 200 mil millones de pesos anunciado para este año fue insuficiente.

2. El ajuste en las gasolinas fue un típico programa de choque ortodoxo: ajuste macroeconómico en una variable, descontrol de las demás y disminución del PIB. La política económica sólo se puede controlar cuando se enfría la economía, una estrategia del FMI impuesta en México desde 1973 y hoy vuelta a aplicar.

3. La crisis acumuló desequilibrios en 2015-2016: petróleo a la baja, recaudación decreciente, aumento de gasto y déficit, endeudamiento, presiones en inflación-devaluación-salarios.

4. El acuerdo firmado el lunes no tiene el propósito de beneficiar a la economía familiar, sino que su intención real es la de regresarle al gobierno un instrumento político autoritario para imponer un programa ortodoxo de choque y ajuste y atenuar ahí las protestas sociales.

5. Las presiones de finales de año pasado rompieron el control en cuatro variables clave: presupuesto, precios, tipo de cambio y salarios. El secreto del acuerdo del lunes radica en el control de precios y salarios para ajustar la tasa de inflación. De nueva cuenta se trata del control de la inflación por el lado de la demanda y de enfriar el PIB.

6. El fondo real de la crisis fue el rebasamiento de la crisis que sufrió el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, y su desacuerdo en el diseño de la política económica con el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens. El año pasado Videgaray se distrajo con sus relaciones con el equipo de Donald Trump. Así, la política económica perdió el control. La salida de Videgaray de Hacienda a principio de septiembre por culpa de Trump abandonó la estrategia económica al garete y su sucesor José Antonio Meade careció de energía para tomar el control hacendario.

7. El dato mayor del descontrol del manejo de la política económica ocurrió con las presiones sobre el tipo de cambio, el efecto inflacionario, la devaluación de facto en el mercado y la quema de alrededor de 25 mil millones de dólares de las reservas sin lograr la estabilización del mercado.

8. El desajuste en el presupuesto 2017 por falta de financiamiento, la ineficacia del recorte presupuestal de 200 mil millones anunciado antes de aprobarse y las presiones del FMI y de la OCDE para evitar un colapso de finanzas públicas con un déficit presupuestal superior a 4 por ciento obligaron al gobierno al ajuste drástico en el presupuesto vía el traslado del subsidio a las gasolinas al consumidor para oxigenar un poco las finanzas públicas.

La clave de la crisis actual radicó en la gestión de Videgaray como secretario de Hacienda: no logró el control de la política económica, se le escapó la deuda y careció de autoridad para estabilizar el presupuesto.

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