La división social: estrategia neoliberal

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Roxana LUNA P.


Enero 30, 2017

Estamos inmersos en una polarización social, la violencia se incrementó a partir del gasolinazo. La ciudadanía inconforme ha decidido salir a las calles, mostrando su enojo contra todas las instituciones, cosa que aplaudo. Pero me preocupa que tal indignación genere odios que dividen a nuestra sociedad.

Los individualismos -parte esencial del neoliberalismo- nos invitan y motivan a pensar únicamente en el "yo", lo que también ayuda al incremento de la violencia, discriminación, exclusión y divisionismos. Hemos olvidado actuar en comunidad y solidarizarnos con causas justas. Recordemos que la dignidad y la solidaridad son actitudes fundamentales del ser humano.

Si bien es cierto que los partidos políticos, diputados, senadores, ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el presidente de la República, sindicatos y policías, han generado desconfianza con sus malas decisiones, también debemos reconocer que como ciudadanos tenemos parte de responsabilidad de la crisis actual.

La indiferencia y la apatía que la gente muestra ante los asuntos públicos, da pie a la exclusión ciudadana y de grupos sociales en la toma de decisiones, por lo que debemos crear un proyecto incluyente, plural y sólido, y creer que unidos y organizados somos capaces de tomar acciones conjuntas e influir en las políticas públicas del país.

En las marchas contra el gasolinazo se escuchan consignas como "fuera peña", "fuera los partidos políticos", etcétera, y la pregunta es ¿con eso se resuelve la situación de México? Somos parte de un sistema representativo y el mecanismo institucional para cambiar a nuestras autoridades es la vía electoral.

La organización unitaria con objetivos y acciones comunes desplegadas en las calles, constituyen fuerzas sociales que pueden cambiar las malas decisiones del gobierno. Pero hasta ahora, la indignación social y las protestas no han podido articular la inconformidad como un movimiento nacional incluyente y plural, debido al sectarismo, los odios y los rechazos que dividen y debilitan. Sólo una actitud unitaria y una visión política y social amplia harán posible que el disperso movimiento social construya una alternativa real para cambiar las malas políticas públicas en favor del bienestar y la libertad de todos.

Contrario a esto, el gobierno sí tiene una estrategia muy clara para imponer sus malas decisiones. Además de su exuberante propaganda mediática y la predisposición de sus policías, deliberadamente genera escenarios para dividir e impedir la organización, mediante la corrupción para quebrar dirigentes, el espionaje, y la infiltración provocadora para desprestigiar la protesta ciudadana ante la sociedad.

Es por eso que ante las actitudes sectarias observables en las manifestaciones y el franco rechazo a las protestas de algunos partidos de las izquierdas, llamo a la reflexión de ¿cuál debe ser nuestro papel como ciudadanos? Sí a la movilización, sí a la indignación y no a la violencia. Éstos son ejes transversales que podrían abonar a la unidad para solucionar en conjunto parte de nuestros problemas.

Considero que tenemos la gran responsabilidad, como ciudadanos y sociedad, de construir un gran acuerdo de centro e izquierda entre movimientos y organizaciones sociales, partidos políticos de izquierda, intelectuales y ciudadanos y, al mismo tiempo, elaborar democráticamente un programa para impulsar un nuevo proyecto de desarrollo nacional que nos permita resolver el gasolinazo y, más importante aún, para definir una nueva estrategia para enfrentar la agresión del gobierno norteamericano. La Unidad de abajo hacia arriba es indispensable para fortalecer a México.

Es momento de recuperar nuestra dignidad y luchar por los valores que nos han arrebatado, generación tras generación ¡No olvidemos que el individualismo alimenta al sistema neoliberal!

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