¿La radio es trampa o libertad?

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Martín CORONA


Febrero 09, 2017

La radio instauró una manera diferente de concebir la realidad, un mundo en el cual la información, la música y el entretenimiento estaba delimitado a dos vías: el Otro y los libros, con su aparición vino una revolución.

La radio abrió la puerta a una nueva manera en que los humanos logramos concebir la realidad, la vieja palabra del juglar, los juegos verbales del merolico, las historias de la vecina, la música más compleja y la más sencilla, todo cupo en esa caja de bulbos que comenzaba a sonar al conectarse a la misma corriente que, años antes, lograba hacer el día en la noche de los hogares humanos.

Aproximadamente tiene 110 años que comenzaron a usarse las ondas de radio como medio de comunicación; sin embargo, es hasta 1925 que arrancan en Argentina los primeros intentos de hacer una estación de radio; pero es en Estados Unidos, por supuesto, que se usa este medio para "informar" y "divertir" a la gente, creando la primer estación de radio como se conoce en la actualidad.

Y no es extraño que fuera Estados Unidos, la nación que lleva más de un siglo usando la publicidad, el cine, la radio, la música y todo a su alcance para generar en el mundo entero una forma única de estructurar la realidad. Digamos que quienes crearon la idea de "América" han usado el Santo Grial: crear estructuras de pensamiento para asir la realidad y ha sido la radio uno de sus principales medios de crearlo.

Los humanos somos el único animal capaz de crear y creer cosas que no son reales, el único ser vivo sobre la tierra capaz de transformar el entorno a su conveniencia. Sin embargo, lo hacemos a través de las ideas, que son como semillas que irán germinando y creciendo en nuestras mentes a lo largo del tiempo. Hay ideas que tardan generaciones enteras en ir creciendo y tomando su propia forma, otras son inmediatas y podemos ver cómo rápidamente transforman nuestra realidad.

Durante estos últimos cien años, la radio nos ha regalado muchas ideas nuevas, desde la imposición de la música en inglés hasta la creación del formato canción, como una copla poética acompañada de música de aproximadamente 3 minutos. La radio nos ha formado una manera de escuchar y hacer la realidad, nos regala cotidianamente caminos para crear y generar nuevas formas.

Sin embargo, la radio está cada día más inundada de los mismos contenidos, sabedores de su poder de transformación, las empresas y los directivos de las mismas programan en todas partes exactamente lo mismo. Los mismos noticieros matutinos con la misma información, la misma música aquí y en Estados Unidos y en todo el planeta. La globalización es sólo una forma de llamarle en la actualidad a la imposición de una ideología única para todos.

Claro, hay algunas pequeñas estaciones de tipo cultural, espacios que gente común y corriente utiliza para mostrar otros contenidos. Además de la gran utilización del internet, que si bien lleva a ciertos públicos a otros contenidos, en su mayoría es sólo un reflejo, un refrito de las estructuras y los modos globales.

Celebramos el milagro de la radio cotidianamente, haciendo programas abiertos a los radioescuchas de FM, que llegan a tu auto, a tu casa y hasta tu teléfono celular; sin embargo, en el mar de falta de sentidos, en el juego enorme de repetir estructuras e ideas ya instauradas, somos menos que una hormiga en una isla.

Celebramos entonces la posibilidad, quizá por pura terquedad y ego, de mostrar la música que se hace en habla hispana y jamás llegaría de otro modo a ser escuchada, los libros escritos por amor y no por negocio.

Celebramos desde el casi anonimato, confiados en que el mensaje llegará a su destino como las botellas al mar de los bucaneros cautivos en las islas desiertas.

¡Feliz Día de la Radio el próximo 13 de febrero!

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