Experiencias chilenas en la fruticultura poblana

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Alberto JIMÉNEZ MERINO


Febrero 13, 2017

La mitad del nuevo conocimiento de un productor, lo obtiene platicando con otro que ya lo está aplicando. El intercambio de experiencias con acciones demostrativas, es uno de los mecanismos más efectivos de aprendizaje entre las personas, aunque requiere de un alto grado de colaboración y confianza.

Recuerdo los centros demostrativos que administraban los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura en el Banco de México (FIRA). A través de un convenio entre esta institución y la Universidad Autónoma Chapingo para realizar investigación sobre producción de semillas forrajeras tropicales, tuve la oportunidad de conocer y trabajar en el Centro Demostrativo y de Capacitación Campesina Ajuchitlán, cerca de Ciudad Altamirano, Guerrero.

Allí se capacitaba a productores sobre establecimiento de praderas, producción de forrajes para el ganado y producción de semillas de estas especies; es una iniciativa que recuerdo y recomiendo, aunque lamentablemente tenga muy poco apoyo dentro de los presupuestos públicos.

Está demostrado por la neurociencia que solo se aprende lo que se hace, y con base en ello puedo afirmar que los centros demostrativos a nivel comunitario, municipal y regional pueden tener un gran impacto para promover la transferencia tecnológica y la innovación en el sector agroalimentario.

Con esta lógica de conocer experiencias de quienes saben, de quienes están más avanzados, en el 2007 realizamos una visita a la República de Chile para conocer sobre fruticultura. Cerca de Santiago, vistamos campos de aguacate, cereza y nogal de castilla.

Allí, apoyados por la Fundación Chile y el Instituto Nacional Chileno de Investigaciones Agrícolas (INIA), tuve oportunidad de conocer varios adelantos. Entre las ciudades de Santiago y Valparaíso conocimos plantaciones de vid cercados por barreras vivas de huizache, a manera de seto, eliminando así el alambre de púas o la malla.

Nuestro primer aprendizaje fue de las plantaciones de nogal de castilla, ya que con 200 árboles por hectárea, de poca altura y perfectamente podados podríamos obtener una producción entre 1 y 1.4 millones de nueces. Actualmente hay gente que todavía creen que los árboles se mueren si se podan, pero es la poda la práctica de mayor impacto para renovar los árboles viejos o plagados, mejorar tanto la cantidad de frutos, la calidad y la sanidad que incrementan sustantivamente la productividad y, el precio de venta de la fruta.

De esta visita, surgió un convenio de colaboración entre el INIA y la Secretaría de Desarrollo Rural de Puebla. Su acción más importante fue traer expertos chilenos para capacitar y asesorar a los productores poblanos sobre el cultivo del nogal.

La fruticultura poblana, en muchos casos, es una actividad secundaria y marginal de la agricultura, con pocos árboles y de variedades desconocidas, localizados casi siempre en los linderos de los terrenos y de una gran altura que dificulta el manejo y la cosecha.

Antes de 2007, no había en Puebla huertas importantes de nogal de castilla y con el convenio obtenido en Chile, se trabajó principalmente en San Nicolás de los Ranchos, Calpan, Tlahuapan, Huejotzingo y Guadalupe Victoria.

Entre las innovaciones promovidas en este producto, con el apoyo de los expertos chilenos, se cuentan el incremento del tamaño de planta a casi 150 centímetros, cuando se utilizaba con menos de 50 centímetros; se modificó la forma de planta al aumentar la cantidad de árboles por hectárea y el tamaño de la cepa para el trasplante que permitiera un buen enraizamiento.

Pero la mayor innovación adoptada fue el injerto de los árboles con varetas de ramas en producción que acortó a dos años su fructificación cuando, sin injertar, tarda entre 7 y 8 años. Una nueva cultura se ha venido creando en esa región desde entonces y generando mejores ingresos.

Aún falta mucho por hacer. Pero al continuar trabajando con la gente, sé que hoy existe un nuevo lenguaje y una mejor visión de los fruticultores que permite un mejor trato a sus árboles y huertas. Hay mejores nueces para los chiles en nogada y ya existen 6 derivados de la nuez. El apoyo de los expertos chilenos y la dedicación de los productores participantes han sido fundamentales para lograr estos avances.

Es una pequeña muestra de trabajo cercano a la gente para atender sus principales necesidades. La fruticultura es una gran opción para atenuar la migración.

@jimenezmerino

Alberto Jimenez Merino

* Director del Centro de Innovación Agroalimentaria Tropical

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