En 1994, Café Tacvba lanzaba uno de los discos más relevantes en de la música nacional, el Re, esta preposición hacía una alusión a los ciclos de la vida humana. Repetición, Reiteración, Reciclaje y Resistencia eran los mensajes claves en este álbum.

Nos encante o no, Re es importante porque sencillamente puso a la banda en el mapa y porque su huapango extrañamente alineado con toques de metal y rock, terminó siendo una pisca que aportaría a la música en general y a la manera de hacer discos.

Un año antes, Ciudad Juárez, Chihuahua, comenzaba a registrar un fenómeno alarmante, el de los feminicidios, un problema que crecería con los años y que se expandiría a lo largo del país. El término no se creó simplemente para abordar la muerte de una fémina, sino el de un asesinato por razones de género y un patrón que parece no tener fin.

Café Tacvba y los feminicidios se enlazan en este 2017, luego de que la banda anunciara que no tocarían más su canción La Ingrata, una pieza del Re que cuenta el odio interno de un hombre contra una mujer y que termina con el asesinato de ésta.

La decisión abre un debate y pone en balanza la fuerte crítica que se le ha hecho a la música de banda, reguetón y narcocorridos, que contienen un mensaje similar, mismo que ha llegado a los tribunales.

En publicaciones anteriores de esta columna, se abordó que el género musical nunca será el problema para desarrollar historias que terminen con odio, asesinatos y repulsiones. El ejemplo más claro es precisamente el de Café Tacvba.

El dilema no es que la banda deje o no de tocar su canción, ciertamente están en todo el derecho de hacerlo, y su argumento sobre hacerse responsable de lo que dicen y hacen, está más que correcto. La música es cultura y es poderosa.

Pero entonces el problema real es el de preguntarnos si realmente es necesario hacer una retrospección de todo lo que se ha dicho musicalmente ante este tipo de problemas. El Re podría ser una respuesta certera, el reinventarse es necesario pero también se juega con la libertad de expresión.

La Ingrata tiene el sentido más puro sobre el dolor al terminar una relación. No es una canción con malas intenciones ni irresponsable, es una pieza que explora la mente de un amante delirante, que pide con todas sus fuerzas que la otra persona se sienta igual de detestable que él. Algo que todos hemos sentido alguna vez.

No considero que se tenga que hacer una limpieza musical para evitar muertes, porque aunque este sendero de la música tenga que ver con la educación y el cultivo del ser humano y sus comportamientos, nuestro alrededor debe documentarse y también nuestros sentimientos más terribles.

Es cierto también que una de las razones más importantes por las que se cometen feminicidios tienen que ver con la educación y lo que absorbemos en todos los medios, eso que nos hace sentir que estamos en un lugar seguro y común.

Pero más bien, habrá que saber crear filtros que nos permitan introducir a nuestra mente lo que realmente necesitamos y desechar lo que no nos sirve. Porque no se trata únicamente de la música, se trata realmente de todo lo que nos converge.

Si eliminamos todas las canciones que hablen de muerte sobre una mujer, y nos concentremos en los mensajes positivos, definitivamente nos quedaremos en un huevo muy reducido que lo único que hará será evitar resolver el verdadero problema: nuestra capacidad de razonar y de entender la áspera situación.

@dianaegomez