El silencio del exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas
El silencio del exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas podría ser propio de un turista que vacaciona quitado de la pena en algún lugar de este planeta, pero no es así. El exgobernador, siguiendo sus pretensiones políticas y bajo su línea debidamente trazada, ha tenido una agenda repleta de actividades.
En efecto, continuó realizando amarres políticos y tendiendo puentes sin ingresar a un desgaste político y desde luego vigilando muy de cerca la actividad de quien lo sucedió en el poder, dando lineamientos a quien hasta ahora manda en el Partido Acción Nacional en el estado, es decir, se fue pero no se fue.
Con detalle el doctor Moreno Valle analiza la lista de prospectos a las diputaciones federales y senadurías por el estado, una labor que con gran disimulo realiza detrás de los escaparates políticos pues, lo suyo, lo suyo, es dar órdenes y vigilar su estricto cumplimiento.
El panorama electoral se advierte complicado para quienes en apariencia se apoderaron de Puebla, por ello la atención está centrada en ganar la elección para gobernador y/o gobernadora del estado, resultando peligroso para el morenovallismo que la profesora Delfina Gómez Álvarez y el Movimiento de Regeneración Nacional, mejor conocido por su siglas como Morena, derroten a la denomina mafia PRIAN, en el Estado de México.
El efecto de una derrota en el Estado de México generaría catastróficas consecuencias en el proyecto del otrora mandatario poblano, por ello no resulta casual la intención de ubicar en Puebla un candidato de Morena que, en un momento determinado, salvaguarde ciertos intereses del morenovallismo, y para ello quién mejor que Javier López Zavala, personaje que en su momento fue absuelto por el doctor Moreno Valle, muy a pesar, incluso, de haberse metido con sus preferencias sexuales ¿o acaso los poblanos ya lo olvidamos?
Javier López Zavala, habrá que decirlo, tiene aún capacidad de convocatoria social y en recientes días ha hecho hasta lo imposible por buscar un acercamiento formal con Andrés Manuel López Obrador. No obstante que hasta ahora sus intenciones se ven frustradas, cabe recordar que se trata de un político persistente y si no pregúntenselo a Mario Marín Torres.
El priismo en Puebla, dice Melquiades Morales, no está muerto, empero sí terriblemente fracturado por la ambición de poder y habrá que agregar efectos causados por el gobierno de Enrique Peña Nieto, a lo que además se agrega la carencia de un liderazgo nacional, por tanto el morenovallismo lo sabe: la lucha por el gobierno del estado la puede dar Morena.
A todo esto juzgue amable lector, ¿quién está detrás de las intenciones de Javier López Zavala?, porqué las persistentes intenciones del político chiapaneco, que no sólo logró librarse plácidamente de múltiples acusaciones en el gobierno del doctor Moreno Valle Rosas, sino además, libró a su hermano a pesar de las tropelías cometidas a su paso por la dirección de Centros de Readaptación Social.
El silencio del exgobernador lo delata y no es que nos haya acostumbrado a su activismo político, simplemente que desde su cercanía o lejanía con Puebla sigue operando, y prácticamente a marchas forzadas.
