Leyes penales - Realidades catastróficas, Irónica relación

  • URL copiada al portapapeles

Juliana VIVAR VERA


Marzo 05, 2017

Los medios de comunicación, cual inquisidores, nos muestran a diario la realidad de una sociedad desordenada. Las notas sobre conductas dañosas impactan e indignan, pero, sobre todo, nos transportan a una realidad que se confunde con la fantasía por la incredulidad que provocan en relación con la declarada y supuesta solución que la gran estructura estatal le ha dado a través de su mejor arma: la ley.

A pesar de que ha sido evidente que la apuesta legal no reducirá tales conductas y mucho menos las eliminará, se sigue pretendiendo otorgar responsabilidad a una norma fría y abstracta. Lo podemos comprobar desde la calificación de "delito" sólo porque así lo dice la ley.

Sin embargo, lejos de existir armonía entre modificación de leyes e Instituciones con resultados de impacto positivo en la realidad, la contradicción es evidente cuando observamos que los llamados delincuentes, son incluso también parte del gobierno, como los muchos gobernadores y servidores públicos involucrados en fraudes, lavado de dinero, delincuencia organizada, etc.

En gran contradicción con la creación de los Sistemas Anticorrupción. También cuando vemos que las fuerzas armadas se ponen el traje de delincuente y cometen delitos como el caso del homicidio contra El H2 bajo la justificación de ser líder de un grupo de la delincuencia organizada, obvio sin importar las demás víctimas fatales; una gran contradicción con la claridad legal del debido proceso a que toda persona tiene derecho, incluso El H2.

Estos casos como un pequeñísimo puñado en relación a la multiplicidad en que el gobierno está involucrado y que, en ocasiones, bajo presión, no le queda más que reconocer el gran "error" cometido, como lo vimos con la reciente disculpa del titular de la PGR a las tres indígenas sentenciadas por la irrisoria acusación del secuestro de seis AFIs, un poco tarde…once años después.

No obstante, el gobierno pretende legitimar sus funciones de seguridad con inútiles medidas reactivas como es el aumento de penas y modificación de conductas. Lo constatamos con la reciente aprobación de los diputados a la reforma de los artículos 171 y 172 del Código Penal Federal para aumentar hasta tres años de prisión y multa de hasta treinta días de salario mínimo, conductas que deberían prevenirse con política pública de responsabilidad al volante y no con un tipo penal en blanco que vulnera el principio de reserva de ley al no describir la conducta sancionable y remitirla a una norma que no dictó el Congreso de la Unión como es el Reglamento de Tránsito.

Pero es más sorprendente el atrevimiento de dictar un aumento de pena si se comete algún daño por manejar usando equipo de radiocomunicación salvo que se emplee manos libres, pues no cabe duda que será letra muerta por ser una causa sumamente difícil de probar. No reducirá pues los casos de accidentes viales, así como no sucedió cuando se aumentó hasta 140 años de prisión el delito de secuestro.

La Justicia no es forzada, no es sólo un tecnicismo privativo del entendimiento del "magnánimo" abogado para interpretarla y aplicarla para que todo sea "conforme a la ley". Ley vs. Realidad burlan la expectativa de justicia a las personas, que no se da con cambios formales y de estructura, sino de fondo y con sincera intención de compromiso y reflexión sobre los daños sociales que den paso a la acción preventiva y quede lejana al intento de legitimación de funciones como temido monstruo estatal con leyes duras que son letra muerta.

Tal vez el atisbo de esperanza sea la justicia que no esté en Ley, esa justicia conciliatoria y resiliente con términos ya sonados como alternativa, restaurativa y terapéutica que se asoman tímidas y probablemente idealistas para nuestro contexto social y que no son por supuesto las que describe la reciente Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias en Materia Penal.

Seguiremos pues en espera de justicia, no perdemos la esperanza, confiamos en la bondad de las personas para que el sueño de eliminar la medida reactiva y lograr la preventiva se cumpla.

*Profesora de tiempo completo del Departamento de Derecho, Relaciones Internacionales, Ciencia Política y Economía del ITESM

[email protected]

Facebook: Juliana Vivar

@JulianaVivar

  • URL copiada al portapapeles