Una bella Rubia Pelirroja

  • URL copiada al portapapeles

Diana Gómez


Marzo 12, 2017

Escuchar a Blonde Redhead es un delirio precioso, es como si te pusieras un velo en todo el cuerpo y no sintieras otra cosa, más que los destiempos de las baterías y el vaivén de Kazu Makino. Poner un disco de este grupo en momentos débiles puede funcionar para dos cosas: curarnos cualquier mal del corazón o acentuarlo y disfrutarlo.

Esta banda, es una joya desde su propio nombre, que fue otorgado a partir de una canción de la banda ochentera DNA, la cual también le inyectó un pequeño tono punk en ciertos materiales, sobre todo en su homónimo de 1995.

Blonde es de esa bandas sigilosas que han estado en todas las paredes musicales, son orgullosos contemporáneos de Sonic Youth y Fugazi, pero extrañamente también están en este 2017 como potencias en la música. Y eso no es nada sencillo.

Lo curioso es que nunca buscaron a las masas, siempre se dirigieron directo al estómago del melómano, con piezas tristes y suculentas. Sus composiciones no han sido fáciles; Simone Pace y Amedeo Pace labran las canciones llenando huecos con su shoegaze, mientras que Kazu hace el resto con la voz y guitarra.

Simone siempre se llevará un gran mérito con la batería, pero en algunas piezas es tan callada que lo único que notamos son las distorsiones de las guitarras. Un método inteligente que muestra su grandeza al marcar únicamente el ritmo con sus baquetas.

Blonde Redhead sacó en estas últimas semanas su EP, 3 O'Clock, un pequeño trabajo tan perfecto que funciona como un almacén de emociones y de sonidos del mundo. También es un aviso sobre sus próximos trabajos discográficos.

De acuerdo a Kazu Makino, 3 O'Clock, se hizo como honor a esta hora sagrada en Japón, y que marca un capítulo nuevo para cualquier persona. Así Blonde Redhead nos dice que su evolución no necesita tanta extravagancia pero que sí es constante y no tiene fecha de caducidad.

De estas cuatro piezas destaca Where you mind Wants to Go, una canción que sucede a varias pistas del Barragán, su disco anterior, sobre todo en los detalles de los metales, en los que una vez más resalta su amor por los sonidos mexicanos.

En 2014, lanzaron su noveno álbum de estudio en el que hicieron un homenaje a Luis Barragán, uno de los máximos exponentes de la arquitectura mexicana. En este trabajo también se notó un acercamiento hacia la música nacional y las trompetas.

Existen dos tipos de generaciones que escuchan las canciones de Blonde Redhead, la que amó a la banda desde su primer trabajo hasta el 23, y la que los descubrió con Penny Sparkle en 2010. 

Here Sometimes es una canción que podría explicar mejor cómo es que la banda puede comunicarse sin titubeos con esta última década, pues en esta pieza predominan las incrustaciones electrónicas, mientras que el shoegaze se ve apabullado por un dream pop que nace de la voz.

No hay manera correcta de comenzar a escuchar a esta banda, cualquier disco podría ser la puerta delantera para disfrutar de su nado sincronizado. Una escuchada no será suficiente y sin duda, gozarlos en vivo siempre será un agasajo que superará sus canciones grabadas.

Blonde Redhead disfruta de venir a México, entre sus presentaciones, incluyó San Andrés Cholula en años pasados, así que el regreso de esta gran banda de culto podría ser pronto.

Mientras, vale mucho la pena darle la vuelta a sus emocionantes e inteligentes trabajos discográficos las veces que sea necesario.

@dianaegomez

  • URL copiada al portapapeles