Martes 14 de Marzo de 2017 |
México es un país con una riqueza enorme que quizás no se ha apreciado lo suficiente por parte de sus propios nacionales, como por los extranjeros, a pesar de gozar de un patrimonio digno de presumir. En los últimos años, ha prevalecido más una percepción o valoración negativa de la situación del país y su futuro, con lo cual, el espacio para las noticias buenas se ha reducido y con ello el sentimiento de orgullo nacional. Las constantes noticias negativas por la inseguridad, el narcotráfico o la corrupción perjudican la imagen del país y frenan el crecimiento económico. Carlos Espinosa de los Monteros, quien fuera Alto Comisionado del Gobierno Español para desarrollar la marca España, tuvo como encomienda coordinar los esfuerzos institucionales para difundir una imagen positiva de país en el exterior. Lo cual transformó la percepción sobre España, luego de la crisis económica. Desde su perspectiva, el objetivo de hacer este trabajo fue construir una marca país, difundiendo lo positivo y los atributos con los que cuenta, en materia económica y otros rubros, como el sector turístico, gastronómico, histórico, científico, etc. La imagen de un país tiene así una gran repercusión en la economía; un país con una buena imagen es capaz de atraer inversiones, turistas, estudiantes, trabajadores, etcétera. Un país es una marca que permite ocupar una posición en el mundo, como referente y elemento estratégico en las relaciones internacionales, y como orgullo nacional en el extranjero. Sin embargo, nadie "vende" nada de lo cual no esté convencido o de lo cual no se sienta orgulloso, por ello se requiere indagar qué tipo de país queremos para saber cómo transmitirlo entre nosotros y hacia los demás. De acuerdo con Norberto Chaves, existen requisitos que deben considerarse para una marca país: • Institucionalidad (debe ser un sello, un respaldo). • Identidad (debe ser asumible por todos los nacionales). • Larga vigencia (debe ser un distintivo que perdure en el tiempo). • Pregnancia (debe fijarse a la memoria de las personas). • Alta calidad gráfica. En México, es más lo positivo lo que distingue a las y los mexicanos que las noticias negativas que se han (y hemos) difundido tanto, en detrimento de la imagen de lo que es mexicano, por lo cual, es necesario analizar qué podemos hacer para mejorar la reputación de México, a fin de generar confianza, respeto y credibilidad en el entorno internacional. La diplomacia pública mexicana se puede desarrollar no solo a través del sector público, sino con la participación de la sociedad, de manera compartida y corresponsable. Democratizar el proceso de definición de la política exterior es una forma de encontrar el camino hacia la ubicación que queremos para México en el mundo. Esto implica ser un actor globalmente responsable, pero también tener ciudadanos (as) nacionalmente responsables y comprometidos con la vida interna del país; comenzando por realizar las acciones más sencillas, como serían, respetar la ley o comunicar más los aspectos positivos de nuestra nación. Es momento de recuperar el prestigio y buena reputación de México en el mundo; existen las condiciones para hacerlo y debe aprovecharse la oportunidad. La marca país (México) es una forma de ejercer el poder suave (softpower) del Estado mexicano. De acuerdo con el profesor de Harvard, Joseph Nye, la forma de ejercer el poder estatal ya cambió porque el Estado dejó de ser el único actor que define la política exterior; hoy son múltiples y variados los actores sociales que intervienen en este proceso. En el caso de México, desarrollar ese poder suave nos permitiría elevar nuestra capacidad de atracción para las inversiones, las visitas de los turistas y mejores relaciones con otros países. La buena reputación e imagen positiva de México dependería de la adaptabilidad de los mexicanos frente a los cambios que plantea el escenario internacional; promoviendo más nuestro patrimonio histórico y cultural. info@reconstruyendociudadania.org@floresm_mx*Politóloga del Tecnológico de Monterrey en Puebla |