Despertemos, ya es tiempo

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Uno de los indicadores más importantes para saber el nivel de democracia que existe en un país se refiere a la participación ciudadana y a la cultura política. Esto se refiere al grado de conocimientos que tiene el ciudadano con respecto a su entorno político y el nivel de participación que éste tiene en el mismo. Es decir, ¿se involucra en política?, ¿se informa sobre cuestiones políticas?, ¿conoce a sus líderes políticos y las iniciativas que éstos proponen?, ¿exige explicaciones a sus representantes políticos cuando no está de acuerdo con alguna decisión?, etc. En México, nuestro nivel de participación ciudadana es sumamente bajo sin realmente darnos cuenta que es una herramienta fundamental para la construcción de una verdadera democracia. Es importante hacer conciencia de la realidad en la que vivimos y entender que nuestra responsabilidad como ciudadanos es participar en el ámbito político, empoderarnos realmente como ciudadanía. Recientemente escuché decir al analista político René Delgado algo que me pareció sumamente atinado para definir esta falta de interés: "nos falta músculo ciudadano", y es verdad. Somos una ciudadanía pasiva, apática, aletargada, que se envalentona en las redes sociales con opiniones destructivas en lugar de constructivas y con las cuáles erróneamente creemos que estamos siendo participativos. También es una realidad que debido a la gran desigualdad que existe en nuestro país, para una gran parte de la población mexicana le significa un costo de oportunidad involucrarse en política. Su prioridad es otra: comer, sacar a sus hijos adelante, sobrevivir. Sin embargo, hay otra gran parte de la población que por apatía, por decepción o simplemente por desinterés no se involucra en cuestiones políticas. Si queremos algo diferente para México, esto tiene que cambiar. Tenemos que ser la voz de aquellos que sufren una realidad difícil y exigir por ellos y por todos. Recuperar el sentido de comunidad, ser empáticos, ser solidarios, hacer algo por los demás desde nuestra trinchera, pequeños cambios pueden hacer grandes cambios. En cuestiones políticas, no solamente seamos electores sino promotores de iniciativas. Creemos, por ejemplo, que nuestra única responsabilidad política como ciudadanos es ir a votar, ignorando que es mucho más que eso. El voto es importante, claro está, pero es simplemente un primer paso para lograr una ciudadanía activa y participativa, lo que viene después del voto es igualmente importante y trascendental. Es fundamental que exista un seguimiento a la decisión que tomamos en las urnas y plantearnos los siguientes cuestionamientos: ¿nuestro representante está cumpliendo con lo que prometió?, ¿sus iniciativas son las adecuadas para el país o para mi comunidad?, ¿es ético al momento de ejercer su mandato?, etc. Y si estos cuestionamientos son todos negativos será entonces tiempo de actuar, de empoderarnos como ciudadanos y exigir cuentas y explicaciones. En la medida en que nosotros empecemos verdaderamente a exigir y a involucrarnos, en ese momento las cosas empezarán a cambiar. Exijamos a nuestros gobiernos, involucrémonos en iniciativas ciudadanas que creamos puedan ser positivas para el país. Nos quejamos ampliamente del gobierno y de la corrupción tan descarada con la que actúan y son válidas nuestras quejas, sin embargo, ¿dónde estamos nosotros?, ¿cuándo asumiremos realmente nuestra responsabilidad como ciudadanía?, ¿cuándo empezaremos a actuar? Creo que el momento ha llegado.

*Profesor de cátedra del Tecnológico de Monterrey en Puebla.

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Las opiniones vertidas en este espacio no reflejan el ideario del Tecnológico de Monterrey en Puebla

 

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