Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Marzo 22, 2017

En los últimos tiempos los medios de comunicación en México, informan sobre hallazgos macabros, cada día son más los cementerios clandestinos que se descubren de un día a otro, y de tal forma se logra como por arte de magia que reaparezcan osamentas de algunos desaparecidos, para apaciguar el dolor de sus familiares, que llevan meses e incluso años de búsqueda infructuosa.

Quizá por las nuevas tecnologías es más fácil encontrar estos sitios. En días recientes más de 250 cráneos fueron hallados en lo que parece ser el cementerio clandestino de un cartel del narco en las afueras de Veracruz.

El procurador Jorge Winckler dijo que las excavaciones abarcan una tercera parte del campo donde aparecieron los cráneos, y que puede haber más restos en el lugar.

Difícil tratar estos temas sin sentir escalofrío, porque la realidad supera la ficción, y no vemos la hora de recuperar la paz en nuestras ciudades y carreteras.

Isabel Miranda de Wallace, presidenta de Alto al Secuestro, señala que en México desaparecen cada día siete personas de manera involuntaria e injustificada, y que el crimen organizado se encuentra detrás de 90 por ciento de los casos: -"Ya no van por los millonarios como la gente cree, sino por la gente común". Manifiesta que conforme a datos de la Secretaría de Gobernación hay un registro de más de 26 mil desaparecidos que a su juicio se queda corto.

Abunda que el número de personas localizadas y rescatadas son pocas. La Procuraduría General de la República en su portal indica que de enero del 2014 a junio de 2015 encontraron a 5 personas de las 150 por las que se inició una averiguación previa".

Sabida es la existencia de videos grabados dentro de los penales donde se observa el modus operandi de diversos internos que se dedican a la extorsión telefónica, y no hay autoridad que responda sobre la clandestinidad en que operan los reos.

Nuestros reclusorios son escuelas de criminales, de seres que nunca podrán ser reincorporados a la sociedad, que salen con más coraje y herramientas para cometer los más arteros crímenes. Con frecuencia vemos cárceles donde prevalece el autogobierno, hay internos que gozan de privilegios a expensas de nuestros impuestos y de la complicidad de las autoridades penitenciarias.

Cuándo será el día en que los mexicanos podamos recuperar la tranquilidad perdida hace al menos una década, caminar por nuestras calles con la certeza de llegar a salvo a nuestro destino; el día en que los menores puedan gozar una tarde en el parque sin correr el riesgo de ser secuestrados; que los usuarios del transporte público no sufran atracos en sus trayectos; que no haya el cierre de establecimientos comerciales debido a que han sido robados en diversas ocasiones; que no haya motociclistas cobardes cubiertos con pasamontañas que salen a delinquir a cualquier hora, porque se les ha hecho costumbre obtener dinero de manera fácil, e incluso hoy día matan a sus víctimas sin el menor recato; que no vivamos con el Jesús en la boca y dando gracias al creador por tener suerte y regresar con bien a nuestros hogares.

Es que nuestras autoridades han perdido el sentido de responsabilidad, de velar por el bienestar de la ciudadanía. Cierto es que los mexicanos debemos comprometernos a obedecer las leyes, a trabajar en conjunto con nuestros gobernantes, ser honestos, respetuosos, transparentes para tener un país libre y soberano. Hoy más que nunca, estamos como sociedad obligados a exigir que las autoridades cumplan con sus funciones, que hagan valer la justicia, exterminen la impunidad y la corrupción. De paso fijarnos bien a la hora de ejercer nuestro voto, porque nunca habíamos estado tan inseguros como ahora lo estamos. No debemos engañarnos, si queremos un México próspero debemos juntos crear las condiciones para que inversionistas quieran venir a nuestro país; para fomentar nuestro turismo y atractivos de esta nuestra gran nación.

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