Gastos y recortes, la elección del Estado de México y el Conacyt

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Roxana LUNA P.


Marzo 27, 2017

El ejercicio de gobierno practicado por el presidente Enrique Peña Nieto y sus funcionarios cercanos, se ha caracterizado por ser insensible, rapaz, obscuro y cínico. La corrupción es evidente en todas las instituciones, pero sobre todo se encubre y practica gracias a la camaradería de la cúpula en el poder, quienes gozan ampliamente de impunidad y protección, situación que les permite devorar los recursos públicos para transformarlos en bienes privados (casas blancas y el saqueo de entidades federativas, por ejemplo).

La situación económica empeora cada vez más y las reformas estructurales lejos de beneficiar a la ciudadanía están siendo reprobadas, no sólo por los ciudadanos sino por realidad misma. Los salarios son bajos, la inflación, provocada por los gasolinazos, es evidente, este mes de marzo alcanza 5.29 por ciento, la tasa más alta en los últimos 8 años. Esto ocurre mientras las élites políticas siguen incrementando sus ya de por sí obesos bolsillos a costa de los millones de mexicanos que pese a tener todas las condiciones en contra, día con día dan soporte a este país para que no termine por colapsar.

En esta ocasión el golpe económico se le ha asestado al desarrollo científico y tecnológico del país, con un recorte de 7 mil millones de pesos para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el ejercicio del presente año, es decir, se redujo su presupuesto en más de 23 por ciento con respecto al año anterior.

El recorte al Conacyt ha impactado de manera directa a los Posgrado inscritos en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), limitando con ello el desarrollo profesional y académico de miles de estudiantes que pretenden enfocar su carrera profesional a la investigación y desarrollo, "un país sin educación, es un país sin futuro" frase cargada de razón, y tal parece que el Gobierno Federal y sus instituciones pretenden acabar totalmente con la educación, la privatización educativa se va dando paso a pasito.

Empero, el recorte al Conacyt ya no es causa de asombro en un país donde el gobierno ha priorizado el aseguramiento económico de sus camarillas políticas. Así, mientras el sector que debe detonar el desarrollo tecnológico y científico del país sufre un recorte, en el Estado de México se derrochan 285 millones 566 mil 711 pesos en el proceso electoral por el cual se elegirá al nuevo gobernador de la entidad que representa el principal voto duro del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Más allá del asombro, está presente la impotencia y el coraje de millones de ciudadanos que observan cómo el gobierno federal (con su careta de nuevo PRI) ha lastimado la economía familiar y les ha agujerado los bolsillos. Hoy ese gobierno insensible le ha apostado a sus hábitos y costumbres: de nueva cuenta abrió la chequera, y un número diverso de prácticas y estrategias ilegales, sucias y ruines se han implementado en el Estado de México con la intención de seguir controlando una entidad que se ha transformando en la empresa histórica de una familia que hoy ve amenazada su "gallina de los huevos de oro".

Así, en tanto que miles de estudiantes de distintos posgrados del país -principalmente de provincia-, han sido notificados que no recibirán el estímulo económico, el gobierno de Peña Nieto perfila la elección del Estado de México para ser la más cara de la entidad (se prevé un gasto de 4 millones 759 mil pesos diarios); y como es característico del viejo/nuevo siempre igual PRI, apelando a la carestía y la necesidad de las personas.

De entrada, el gobierno Eruviel Ávila ha repetido la "exitosa" estrategia de las tarjetas Monex con las hoy tarjetas la Efectiva, cuyos montos van desde 2 mil hasta 3 mil 500 pesos, las cuales se entregan entre personas que contemplan índices elevados de pobreza.

El derroche de recursos para cobijar a la mafia del grupo Atlacomulco se visibiliza no sólo en la Efectiva sino en el pago a coordinadores de campaña que van desde 10 mil hasta 25 mil pesos mensuales, entrega de despensas a los grupos vulnerables a cambio de su credencial de elector y su firma, spots publicitarios en todos los espacios posibles, cine, televisión, radio y en los periódicos de mayor circulación e impacto.

Estamos ante las dos caras de la moneda, por un lado, el recorte económico del Conacyt y la privación de apostarle a la ciencia y la tecnología como herramienta que contribuya a elevar índices de desarrollo del país; y por otra parte, el excesivo derroche de dinero en un proceso electoral que pretende asegurar la continuidad de una familia política en el poder.

Y si bien, el recorte no es causa del proceso electoral, queda clara la falta de compromiso y visión del gobierno para apostarle a lo que es prioritario para sacar a flote un país que están aniquilando lentamente.

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