Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Marzo 27, 2017

Llegar a este mundo sin identidad, sin tener un registro, sin nombre, sin un apellido, sin una familia, sin un sentido de pertenencia, como una hoja al viento en donde la persona se siente perdida, asustada ante la idea de no saber quién es y de dónde proviene.

Esto genera un gran conflicto, entonces el ser humano puede sufrir porque depende emocionalmente de otras personas, los jóvenes sin identidad pueden desviarse hacia las drogas, el abuso físico o emocional. La identidad es la definición que uno tiene respecto a otras personas, a la realidad y a los valores.

La identidad se forma desde el momento mismo de nacer, a través de las maneras en que el medio y las personas con quienes nos vinculamos responden, y se relacionan con nosotros.

Desde que llegamos a este mundo a las niñas se les obsequian muñecas o juguetes relacionados con el cuidado del hogar o utensilios de cocina; mientras que los niños reciben juguetes de construcción, de guerra o un balón.

Asimismo a las niñas se les adiestra en manualidades y a los varones en actividades propiamente "masculinas". De tal forma niños y niñas van construyendo una identidad de género diferente.

Tristemente el retorno masivo de migrantes a México puede ser un problema serio, que se estima habrá de afectar hasta a un millón de niños de padres mexicanos que nacieron en estados Unidos y que carecen de nacionalidad.

Niños invisibles ante la ley, que no son ni mexicanos ni estadounidenses. Seres que por ser menores de edad no saben a quién dirigirse, que temen ser deportados y arrancados de los brazos maternos.

Por lo anterior en los Estados Unidos ha iniciado una campaña preventiva para que los padres realicen el trámite de identidad de sus hijos nacidos en aquella nación, antes de salir del país vecino y previos a cumplir los 18 años.

Esperemos que nuestros connacionales hagan lo posible por brindar una identidad a sus hijos, ya que de regresar a nuestro país sin una acta de nacimiento que los acredite como mexicanos, tendrán problemas a la hora de inscribirse en una escuela o de requerir atención médica, de paso les ahorrarán un sin número de problemas psicológicos que conlleva el carecer de una identidad.

Además miles de migrantes deportados de los Estados Unidos pierden la pista de sus hijos, quienes quedan bajo la tutela de familiares, en el mejor de los casos; en manos de simples desconocidos o están perdidos en el sistema estadounidense. Siempre es mejor prevenir que ser excluidos y andar perdidos por la vida.

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