Cultura del Ahorro y Oportunidades Desaprovechadas

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En medio de un alto número de problemáticas que a diario nos llaman la atención, hemos pasado por alto un baluarte que tenemos en México y que no se ha aprovechado del todo, me refiero al Sistema de Ahorro para el Retiro cuya regulación está a cargo de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR).

En México existen 11 instituciones autorizadas para proveer el servicio de ahorro para el retiro, las cuales en conjunto administran 2.8 billones de pesos que pertenecen a un total de 57.3 millones de trabajadores.

Lo anterior representa un promedio de 50 mil pesos por cada trabajador, evidentemente las personas mayores tienen acumulado una cantidad por arriba de ese valor mientras que una mayor proporción de trabajadores jóvenes han acumulado un volumen de ahorros por debajo de los 50 mil pesos.

La Ley de Ahorro para el Retiro establece que las cuentas de los trabajadores se deben de incorporar en Sociedades de Inversión Especializada de Fondos para el Retiro (SIEFORE) las cuales se catalogan en Básica 1 (SB1) para aquellos trabajadores mayores de 60 años, SB2 para los trabajadores entre 46 y 59 años, SB3 para los trabajadores entre 37 y 45 años y SB4 para los trabajadores de 36 años y menores.

El rendimiento promedio anual que tuvieron estas SIEFORES a febrero del 2017 fueron de SB1: 4.01 por ciento, SB2: 4.56 por ciento, SB3: 5.01 por ciento y SB4: 5.8 por ciento. Lo que se puede ver con estos datos es que los rendimientos son menores para los trabajadores más cercanos a la jubilación y son mayores para los trabajadores más jóvenes.

Esto es así debido a que la Ley permite que los ahorros de los más jóvenes se inviertan en instrumentos que proporcionan mayor rendimiento, pero a la vez son instrumentos con un mayor nivel de riesgo. La lógica es que, si el riesgo se hace efectivo y se llega a perder parte de los ahorros, existe aún un tiempo suficiente para que el trabajador pueda recuperar dichos ahorros en el largo plazo.

Un aspecto favorable es la reducción de las comisiones cobradas por las instituciones que administran los fondos, ya que en enero de 2012 la tasa de comisión promedio de todas las afores fue de 1.38 por ciento mientras que para enero de 2017 la comisión promedio fue de 1.05 por ciento.

Sin embargo, para poder decidir si se debe cambiar de una institución a otra, el trabajador debe tomar como referencia el Indicador de Rendimiento Neto que mide el rendimiento neto promedio en un periodo de tiempo muy extenso, 84 meses para SB4 y 36 meses para SB1.

La CONSAR reporta estos Indicadores de Rendimiento Neto para todas las SIEFORES y es un reflejo del desempeño sostenible de cada afore.

El Sistema de Ahorro para el Retiro es seguro y confiable, a pesar de ello se está desaprovechando. El monto total de recursos para retiro, cesantía en edad avanzada y vejez asciende a 2.7 billones de pesos mientras que por ahorro voluntario los trabajadores han aportado 45.3 millones de pesos.

Esto significa que, del total con que cuentan los trabajadores para su retiro, sólo el 1.6 por ciento ha sido aportado de manera voluntaria. Esto refleja la falta de cultura del ahorro ya que teniendo la posibilidad de poder aportar un poco más de lo que por ley le descuentan al trabajador, sólo una mínima parte de ellos aporta una cantidad voluntaria.

Lo anterior puede reflejar o justificarse por la trampa de pobreza, en el sentido de que la mayoría de los trabajadores vive al día y con el salario sólo alcanza a sacar los gastos más indispensables y no hay margen para el ahorro.

Sin embargo, los trabajadores jóvenes deben de ponerse a pensar que es ahora cuando tienen su capacidad intelectual y su habilidad motriz en las mejores condiciones para hacer un esfuerzo y ahorrar "10 pesitos" como los sugiere la CONSAR. Tomando en cuenta que, como ya se mencionó previamente, las SIEFORES de los más jóvenes generan mayores rendimientos.

*Profesor de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey en Puebla

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Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad del autor y no reflejan el ideario del Tecnológico de Monterrey en Puebla.

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