Morrissey culminó con una maravillosa y nostálgica temporada de conciertos internacionales en la ciudad de Puebla, algo que de vez en cuando nos sucede en nuestra ciudad y que evita que tengamos que hacer la travesía musical obligada hacia la Ciudad de México. No podemos quejarnos, fueron días increíbles comenzando por Rod Stewart.

Moz lo hizo brutal en toda la extensión de la palabra, dio sus fuertes mensajes políticos y sus rancias manifestaciones a favor de los derechos animales, pero también hizo un viaje hacia The Smiths y a sus primeros trabajos como solista.

Fue la segunda ocasión en la que Morrissey se presenta en Puebla, lo hizo con toda la intención de volver a reunir a un pequeño público extasiado y fiel. Ir a un concierto de Morrissey en esta ciudad es encontrarte a tus mejores amigos, escritores, locutores, periodistas y demás personajes extraños.

El concierto en cuestión musical, incluyó a su banda que le rendía tributo a la figura tan desconcertante e imponente que es Moz, sus instrumentos estuvieron impecables, pero la guitarra y la batería se llevaban todo el juego musical.

Hubo una gran cuestión que hizo que el concierto se volviera un mar bellamente salvaje. El músico dio un mensaje en contra la prepotencia poblana y de la poca libertad que existe en un país como México.

Eso causó que se burlara a la seguridad en el recinto; Morrissey corrió a un policía al darse cuenta que trataba al público de una forma inaceptable, también alentó a que todos bajaran y se sintieran más cerca de él, causando un serie de olas intrépidas que no se calmaron en las dos horas de concierto.

Esto debía pasar si estamos en el show de un hombre que hizo un disco nombrado The Queen is Dead o una canción titulada Margaret on the Guillotine, dedicada a la fallecida Margaret Tatcher. Es decir, el concierto tenía que estar lleno de un trasfondo punk que no tiene que ver precisamente con los sonidos, sino con las letras y el movimiento que estas pueden causar.

En otro contexto, Puebla y Morrissey han construido un lazo fuerte que difícil se quebrará, sería complicado que regresara a México sin contemplar nuestra ciudad y a su grupo de fanáticos, pero los medios aquí juegan un papel importante que se confunde entre informar culturalmente y vender.

Cierta radiodifusora poblana se encargó de regalar en todas sus plataformas una gran cantidad de boletos para este concierto, pero este medio jamás se ha atrevido a tocar Everyday is like Sunday o cualquier otra pieza.

Lo mismo sucedió con Placebo y otra estación de radio que también fue acreditada y regaló pases para el concierto. Jamás escuchamos alguna canción de la banda que sonora en sus estaciones.

Habrá que hacer una división en los medios sobre lo que queremos vender y lo que queremos divulgar. La música siempre tendrá ese problema cultural, pero ya que tenemos cerca estas oportunidades musicales en Puebla, los medios locales tenemos la obligación de ser conscientes y coherentes con nuestros productos y nuestra música.

Moz dio un gran show, impecable, al igual que Placebo y Rod, debemos estar a esa altura para seguir creando este tipo de buenas rachas musicales en nuestro estado. Lo valemos.

@dianaegomez