El México que queremos
Desde hace ya mucho tiempo la economía regional ha tratado de entender porqué existen países ricos y países pobres, existen diversas teorías al respecto que indican que factores como la educación, la tecnología, el acceso a mercados y la cultura (entre otros) son determinantes. Países como Singaur, Korea y China han dado pasos agigantados en los últimos 25 años y se han transformado y posicionado como grandes potencias mundiales. Algo que nuestro país no ha logrado, y aunque hemos tenido mejoras significativas en diversos ámbitos seguimos estando entre las economías de media tabla a nivel mundial.
Al interior de nuestro país tenemos grandes desigualdades entre los diversos estados, Chiapas, Guerrero y Oaxaca siempre han sido considerados los estados más pobres y presentan los peores rendimientos en prácticamente cualquier indicador social o económico del que tengamos información; por contraparte, Nuevo León y la CdMx siempre han sido identificados como aquellos con mejor desempeño económico y social.
¿Cómo entonces podríamos como país disminuir tales desigualdades y de una vez por todas convertirnos en un país de primer mundo? Esa es la gran pregunta por la que deberíamos estar trabajando todos. Algunos estados de nuestro país como lo son Aguascalientes, Baja California y Querétaro han mejorado notablemente su desempeño en los últimos diez años, pero sigue existiendo una realidad altamente desequilibrada entre las regiones y al interior de las mismas, recordemos que los promedios siempre esconden las diferencias, y que además muchas de las ganancias de algunas regiones son a costa de la pérdida de otras.
Necesitamos un Plan de Nación y un nuevo Modelo de País, uno que permita rescatar las vocaciones regionales y apalancarlas en las nuevas tecnologías y la innovación pero que también consideren fuertemente en garantizar ciertos aspectos básicos.
Mientras no mejoremos el acceso a una educación de calidad, los niveles de nutrición de la población, el acceso a los servicios básicos, el acceso a servicios de salud, seguiremos incrementando la brecha entre los que más y menos tienen. Las políticas igualitarias realmente no nos han funcionado, debemos transitar a una nueva clase de política, las diferenciadas, las que permitan asegurar un mismo piso de partida, ciertos mínimos indispensables que permitan apalancar el desarrollo de la gran mayoría de la población que se encuentra en gran desventaja con respecto a las minorías que han sido favorecidas, o que han sabido aprovechar sus oportunidades precisamente porque partieron de esos mínimos indispensables.
Necesitamos reformular nuestro modelo de país, necesitamos trabajar todos por todos y para todos, por la sociedad en su conjunto, por el país que somos, por el país que podemos llegar a ser, por el México que todos queremos…
