De millenials extraordinarios y frustrados

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Daniel SAVEDRA OLIVO


Mayo 14, 2017

Millenials se les denomina a todos los nacidos entre 1980 y 2000, y son un grupo generacional llamado a cambiar el mundo por ser los primeros nativos digitales, además de ser una de las generaciones más grandes que jamás haya nacido. 

Entre sus características principales están las de ser la primera generación en la historia que ganará menos que sus padres, y ser la que más gasta en servicios y productos de alta gama. Les aterra la idea de establecerse, trabajar ocho horas, casarse joven e incluso tener hijos; todo esto, fruto de una baja capacidad financiera, y una alta expectativa de vida.

Herramientas sociales y digitales como Instagram, Youtube, Facebook y demás, han logrado impregnar en los jóvenes un espíritu de búsqueda interna y social que les permita trascender a través de las experiencias.

Si les preguntamos, la mayoría estará deseando salir al mundo y conocer otros países en Europa y recientemente un boom de deseos de ir a Tailandia, India, Malasia y en general gran parte de Asia del Este.

También estarán deseando trabajar cuando quieran, desde su casa o cafés, y aportando en proyectos que les hagan sentir importantes para el mundo. Están pensando en abandonar la idea de tener, y mejor acceder a servicios; esto es, en vez de comprar casa, coche, películas o música, usarán arrendamientos de departamentos con roomies, uso de servicios como Uber, y ver cuando quieran series en Netflix o escuchar música en Spotify.

Se podría pensar que todo este acceso a información y servicios representa, para los nativos digitales, una ventaja respecto a generaciones menos jóvenes, sin embargo, la realidad es que no es así.

Toda la saturación de información, de exposición a ideas y a mundos de ensueño crea en la mayoría de los jóvenes hoy, el deseo de trascender o ser mejor que los demás; de que quieran emprender rápidamente y ser el próximo Mark Zuckerberg, crear el nuevo Google, o ser reconocido como el mejor 'creativo' antes de los 30 por alguna revista famosa. Y la verdad es que pocos lo lograrán, por no decir que casi ninguno.

Con un sistema de educación familiar que se basa en lo políticamente correcto, muchos millenials crecieron con la idea de que podían ser lo que quisieran, que con esfuerzo y determinación cualquier sueño es posible y factible de alcanzar. Y no lo niego, funciona. Pero esto en combinación con un mundo tecnológico efímero que requiere de inmediatez y viralidad, hace que aquellos que logran graduarse de la Universidad se sientan presionados y con un miedo a fracasar.

Fracaso para los lectores mayores de 40 años podría representar entonces no tener un trabajo, no tener dinero, o no haber hecho una familia. En la contemporaneidad líquida de hoy, fracasar representa no haber trascendido, no haber viajado por el mundo, haberse establecido, ser ordinario.

Gran error que cometimos como sociedad al replantear el hecho que lo ordinario es malo, es triste, es fracaso. Tener hijos, llevarlos a la escuela, y trabajar de 8 a 5 para mantenerlos, para después ir a casa, tal vez salir con algunos amigos y regresar por la noche con la familia, es objeto de desprecio para los más jóvenes, porque significa entonces que uno se vuelve uno más del montón, que no es especial, que no es importante. Imaginen entonces, la frustración que genera, que la mayoría de estos jóvenes llegarán a ser "ordinarios" antes de los 50, según un estudio de Goldman Sachs.

Lo "ordinario", sin embargo, resulta ser más complejo que eso. Se expresa en pequeñas emociones no cotidianas que tiene que ver con estados de salud, de finanzas, de cuidar una relación en pareja, de querer seguir adelante, de conseguir logros.

En la medida que tanto como profesores, amigos y padres puedan mostrar a los millenials que las cosas son más complejas de lo que aparentan, podremos reducir ese grado de presión y miedo que sienten los jóvenes, y entonces sí brindar herramientas de confianza para su desarrollo humano y profesional, y tal vez entonces, una mejor sociedad, menos ambiciosa y más generosa con su prójimo.

*Profesor de Cátedra de Vinculación del Departamento de Arquitectura del Tec de Monterrey en Puebla.

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@dansavedra

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