Una realidad repetitiva

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Emmanuel SHERWELL


Mayo 19, 2017

El ciclo mortífero de violencia y agresiones contra los periodistas no para. Han sido meses pintados de rojo, una realidad que lastima y es cercada por el ataque a la conciencia y a la labor que realizan.

La ineficacia de las instituciones, la corrupción política, el crimen organizado, la falta de voluntad política, alejan la esperanza de una solución y tranquilidad para todos aquellos que ejercen o bien desean realizar un trabajo periodístico.

Este 15 de mayo, el periodista Javier Valdez fue asesinado. Es el sexto en 2017. Ahora se suma al asesinato de Miroslava Breach, Filiberto Álvarez, Ricardo Monlui, Maximino Rodríguez y Cecilio Pineda. También ese mismo día, la subdirectora del Semanario Costeño, fue víctima de un atentado donde su hijo murió.

Diversos medios de comunicación refieren que "matar a un periodista es confirmar que no hay libertad de expresión, que se cancela el derecho de cada mexicano a saber qué pasa en nuestro país". Es cierto.

Ante este creciente escenario hay que preguntarse, ¿dónde está la Fiscalía?, ¿cuál es la aportación de la Federación o el Estado: incapacidad, complicidad, irresponsabilidad?, ¿dónde están los resultados? Únicamente observamos mensajes de condena, pretextos. Ya no hay excusas que alcancen.

Cualquiera de nosotros creo que ha quedado atónito por estos hechos. A todos nos genera un sentimiento de tristeza leer estas noticias. Son125 periodistas muertos que se incorporan a la larga franja de los acribillados en México en los últimos años. En pocas palabras, es una tragedia la que vive la prensa.

Los hechos demuestran que en México no existe ningún tipo de garantías para el ejercicio periodístico y que el Estado mexicano se ha ausentado de su obligación de darlas. Tantas ejecuciones de periodistas ponen a nuestro país como el más peligroso del continente americano para los periodistas, y como el tercero a nivel mundial, en compañía de naciones colapsadas como Siria, Irak y Afganistán.

La prensa en México sigue estando marcada por asesinatos, mensajes anónimos, agresiones y desapariciones. Deseo que la protesta, la insistente demanda de los medios de comunicación y de la ciudadanía no se desoiga y que se ponga freno a la impunidad. Hagamos de la voz de esta protesta una más fuerte para revertir esta realidad repetitiva.

* Analista

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