El Centro de Atención Municipal (CAM), ubicado en 4 Poniente y 11 Norte, que alberga ventanillas de trámites y servicios al público de las dependencias del gobierno municipal de Puebla, debería operar en mejores condiciones y ofrecer un mejor servicio. No está en las condiciones deseables, la atención y servicio es irregular; están las autoridades obligados a trabajar en ello.

Las ventanillas de atención, pago y de documentación están en un muy mal estado. Están sucias, rayadas, los protectores rotos o desprendidos, en el piso uno encuentra basura, exceso de polvo, las paredes y techos con manchas.

Donde más se acentúa es en el área de pago de infracciones, malas condiciones, el exceso de cajas de cartón y el pequeño espacio de operación de los funcionarios y ventanillas sin personal, sin duda son elementos que impactan en el sentir de la ciudadanía y el rendimiento del servidor público.

El personal no está presentable, no tienen un uniforme (camisa) o un gafete que los distinga como empleado público. Creo que el cuidado de la imagen e higiene personal son una proyección del interés del municipio en el buen desempeño de sus funciones, de un ambiente de trabajo óptimo. Adicionalmente, creo que es un llamado ético a que preserven su espacio de trabajo limpio y libre de basura.

Parece que existiese por parte del municipio una apatía al orden y la limpieza. Una desvalorización tanto de los bienes muebles e inmuebles, e incluso una desvalorización de la imagen personal.

Dediqué un tiempo a observar la dinámica del servicio y sin duda es lento, de mal trato, con largos tiempos en la fila. Observé a una ciudadanía desesperada, molesta ante la actitud abnegada de algunos de los funcionarios públicos, incluso había quienes comían sin importarles la atención y el servicio que le puedan prestar a la ciudadanía. Son unos pocos que realmente muestran interés en su trabajo.

De los ciudadanos formados escuché testimonios en verdad estremecedores, donde la prepotencia y la arrogancia siguen siendo parte del actuar de servidores públicos, en especial de tránsito municipal con la famosa mordida.

Merece la pena insistir en que el municipio y sus funcionarios deben educarse en el papel de la cultura en la administracio?n pu?blica, pues éste no sólo supone beneficios, tambie?n puede generar una fuerte barrera para el desarrollo de las funciones y del personal. El municipio debiera trabajar un nuevo código de ética que mejore e iguale, en todas las oficinas, la imagen de las instalaciones e incentive realmente el trabajo de los servidores públicos para ser un ejemplo ante la sociedad.

*Analista