Una oportunidad inteligente

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Daniel SAVEDRA OLIVO


Junio 11, 2017

El 27 de junio de este año arrancará el segundo Congreso de Smart City para América Latina en la ciudad de Puebla. Un evento magno y que estará rodeado de científicos, políticos, profesionistas, estudiantes y personas de sociedad civil, debatiendo sobre el futuro de las ciudades y las aplicaciones inmediatas de la tecnología en la transformación de nuestro hábitat urbano en uno más humano y equitativo.

Si bien resulta en una oportunidad real de crecimiento económico, de discusión y divulgación de ideas, es un congreso que en su pasada edición no tuvo tanto éxito como se pensaba, y habrá razones para que así fuera. Apuesto con firmeza a que se debe a que un congreso de ciudades inteligentes, no puede llevarse a cabo en una sociedad que no busca serlo.

Recuerdo la inauguración de la edición pasada, a la cual asistí con mucho gusto y emoción. Todo iba bien, un Centro de Exposiciones y Convenciones lleno y esperando al gran momento en que se hablara de tecnología, sociedad y desarrollo urbano. No pasó eso, lo que sucedió fue un conjunto de políticos que llegaron en camionetas negras, con guardaespaldas empujando gente y demostrando que la sociedad que organizaba el evento, era todo menos inteligente y equitativa.

La inauguración pasó y los cientos de acompañantes que iban de la mano de organizadores y políticos fueron desapareciendo poco a poco, haciendo que expositores de talla internacional del MIT y su Senseable City Lab no tuvieran ni la mitad de afluencia que cuando algún político se presentó.

No es casualidad que un Premier Media Partner sea la revista Alcaldes de México, pues explica que este evento más allá de involucrar a la sociedad en el desarrollo de sus ciudades, tiene que ver más con la venta de productos y servicios a gobiernos. Una verdadera pena.

En 2014, tuve la oportunidad de asistir al World Urban Forum 7 en la ciudad de Medellín, Antioquia, en Colombia. Alrededor de 30 mil asistentes, y una tercera parte sociedad civil, vecinos, señoras, niños, jóvenes que querían conocer más de lo que se hacía.

A diferencia de nuestro Smart City Congress, ver al alcalde o al gobernador del estado, en ese entonces Sergio Fajardo, era cuestión de una plática en una escalinata, en una explanada o en una esquina de Medellín. Conferencias que se transmitían en vivo en televisión pública local con el fin de que la sociedad misma participara, aunque no pudiera asistir. Un verdadero triunfo, al menos para la ciudad y su gente.

Tenemos mucho por trabajar en nuestras ciudades. No podemos hablar de inteligencia ni de astucia cuando no existen los espacios ni foros de comunicación para entendernos y para discutir nuestras ideas. Si bien considero que el Congreso tiene muchas áreas de oportunidad, considero que sigue un buen espacio y pilar para que, como sociedad y gobiernos, participemos en la creación de mejores entornos.

Dentro de poco más de dos semanas recibiremos en Puebla a participantes de todo el mundo, a gente talentosa y que trabaja en el desarrollo de sus ciudades de forma propositiva y bien guiada. El aprovechamiento de este evento dependerá de qué tanto como sociedad, como organizadores, tomen con seriedad el mismo y den un valor humano a las propuestas e ideas que de ahí surjan, sin estar empapadas de negocios turbios y ambientes políticos cerrados; esto sería una verdadera oportunidad.

@dansavedra

*Profesor de Cátedra del Tecnológico de Monterrey

[email protected]

Las opiniones vertidas en este espacio no reflejan el ideario del Tecnológico de Monterrey en Puebla

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