El 4:44 de Jay-Z

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Diana Gómez


Julio 16, 2017

Había pasado un largo tiempo desde que Jay-Z no llenaba los periódicos con su propia música. En estos últimos días su nombre apareció en cientos de medios, y por primera vez, en mucho tiempo, los titulares no involucraban a su esposa ni a sus brillantes colaboraciones.

4:44 llegó hace unas semanas como su único y celoso hijo musical de este año. ¡Y qué cosa tan grandiosa! Es un disco que nos hace olvidar los años sosos de Jay-Z y que lo separa de las leyendas del hip hop que caminan ahora por las calles que él mismo pavimentó.

Antes de adentrarnos a sus canciones, es importante mencionar el trabajo de este músico como productor, porque nunca está de más y sólo así podremos comprender sus nuevos aciertos sonoros.

La mayoría de los músicos involucrados en la música negra tienen un pie adelante, el ejemplo es Shawn Carter (Jay–Z), quien hace unos años lanzó Tidal, una plataforma de música que promete un formato digital de alta fidelidad.

Carter tuvo la sensibilidad de escarbar entre nuestros oídos, se percató que están acostumbrados a formatos digitales pobres, que involucra el moldeable y escaso mp3. Así que no sólo ha pensado en organizar sonidos para lanzarlos a nuestros cerebros, sino que también ha dedicado años en buscar el molde en que serán entregados.

Desde aquí, Jay Z tiene mil puntos en nuestras vidas musicales y tenemos que agradecerlo, esto a pesar de que Tidal sigue siendo un servicio para unos cuantos y tristemente aún no llega a nuestro país; sin embargo, tengo la esperanza de que es una maravilla digna de evolucionar.

Ahora bien, en cuanto a sus trabajos como productor, podríamos dedicarle unas cinco columnas al tema, pero la última lista involucra a Jack White, Kendrick Lamar, Diplo y The Weekend.

Después de todo este tumulto musical, decidió sacar uno de los discos que marcan su carrera, el 4:44. A diferencia de todos los demás álbumes de música negra que se han hecho en los últimos años, éste no cuenta con tantas colaboraciones. No las necesita.

No obstante encontramos una selección fina con Frank Ocean y Damian Marley, pero ninguno de los dos está por delante de los sonidos que confeccionó Carter para él mismo. También se encuentra su madre en Smile, donde revela su identidad sexual y aborda el conflicto que significa "vivir en las sombras" como mujer lesbiana.

Cough in their eyes es una canción fabulosa, donde las letras se calman un poco para darle un gran espacio a las secuencias sencillas pero increíblemente pegajosas. Mientras tanto Bames una gran canción llena de reggae.

La canción con la que inicia este trabajo es Kill Jay Z, misma que contiene letras que una pieza de The Alan Parsons Project: Don´t let it show. Asimismo The Story of O J es un gran homenaje a Nina Simone.

Los pasajes de Jay-Z parecen nuevos, aunque lleva años dándole sentido a la música. Resulta agradable escucharlo fuera de colaboraciones y como el pez grande de las producciones. 4:44 es un álbum digno de escuchar si eres amante del hip hop, pero también podría funcionar como una introducción al gran mundo de Carter.

@dianaegomez

 

 

 

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