La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) es una agrupación internacional que aglutina a 34 países del mundo y tiene el objetivo de ofrecer asesorías para implementar políticas públicas, en diferentes rubros del desarrollo social. Uno de los temas más importantes es la educación en todos los niveles, palanca fundamental del desarrollo, y para ello realiza evaluaciones anuales entre los países miembros. Los resultados que se dan a conocer anualmente indican que México ha ocupado, en 15 años, los últimos lugares.

Según los expertos de la OCDE, tenemos un rezago en aprovechamiento de 2.5 años. Las causas de este retraso son la escasez de recursos que se dedican a la educación, teniendo como consecuencia la falta de infraestructura educativa (aulas, laboratorios, talleres, salas de cómputo, canchas deportivas, espacios culturales, bibliotecas bien equipadas, etcétera), el exiguo salario que se paga a la mayoría de los maestros, además de la falta de preparación y vocación de algunos de ellos; pero lo más esencial es la situación del ambiente social y económico en el que viven los jóvenes. Como se reconoce oficialmente, nuestro país es de los más desiguales del mundo, bajo una élite multimillonaria que no llega al 5 por ciento de la población sobrevive la inmensa mayoría de los mexicanos con altos niveles de desempleo, disfrazado en el ambulantaje o en la emigración, con los salarios más bajos del mundo, con violencia e impunidad, altos niveles de corrupción, con escasez de vivienda digna, etcétera, repercutiendo directa o indirectamente en la educación de los estudiantes, todo lo anterior produce educandos y profesionistas no sólo de mala calidad, sino además insensibles, sin una visión de conjunto en la sociedad, convirtiéndolos en un instrumento de los poderosos, que abonan a una sociedad salvaje.

Ante esta situación, el Movimiento Antorchista ha tenido como objetivo esencial el combate a la pobreza y para ello se ha propuesto organizar, concientizar y politizar a los campesinos, obreros, empleados, maestros, amas de casa y estudiantes, para que dentro del marco de la ley luchen por conseguir mejores condiciones de vida, y en esta lucha la educación es uno de los pilares cardinales. Nos hemos propuesto impulsar una educación que forme ciudadanos que conozcan la ciencia, que sean cultos, críticos, humanistas, multidisciplinarios y solidarios con sus hermanos de clase. Por eso, luchar por que todos los pueblos y colonias tengan las escuelas que necesitan es una prioridad para el antorchismo, igualmente que éstas tengan las condiciones de infraestructura necesarias para una buena enseñanza es una demanda constante. Pero lo más importante es combatir la problemática de la educación deficiente, mezquina y poco visionaria, y para ello es necesaria una formación científica, culta y solidaria.

El antorchismo implementa en las escuelas en las que tiene influencia el mejoramiento de la calidad académica, herramienta para superarlas deficiencias del aprendizaje en la educación básica y media superior, el arte (danza, música, teatro, declamación u oratoria) para dotar a los estudiantes de una cultura que les consienta abrir su inteligencia y sensibilidad, además del deporte en todas sus modalidades individual y de conjunto; análogamente, se fomenta la organización política de alumnos y maestros para que al igual que los obreros y campesinos gestionen y luchen pacíficamente por sus demandas que, son, hoy más que nunca, urgentes e importantes a la luz de los datos que ofrece la OCDE.