El sismo que sacudió al gobierno de Gali

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Roxana LUNA P.


Octubre 09, 2017

Terminó septiembre, mes de ajetreos y lamentables desgracias para los poblanos, especialmente por los estragos que dejó el temblor de 7.1 del martes 19 en la región de la mixteca. A dos semanas de distancia es menester hacer un balance de actitudes y comportamientos políticos que nos quedan para analizar los meses siguientes, así como la importancia de la participación y organización ciudadana para hacer frente a la catástrofe no sólo del temblor sino de las autoridades que no estuvieron, ni han estado, a la altura de las adversidades.

Como si los efectos causados por el sismo fueran una pasarela de promoción personal, distintos personajes, entre ellos el gobernador Antonio Gali, se lanzaron mediáticamente a las zonas afectadas para tomarse fotos y videos recorriendo los lugares para lucrar con la tragedia de cientos de personas que hasta hoy duermen en casas de campaña o han tenido que mudarse con algún familiar porque no podrán volver a sus hogares.

El montaje es el mismo, llegar en helicóptero hasta las localidades, caminar unos metros rodeado de cuerpos de seguridad para que las personas no se les acerquen, tomar la foto con el desastre de fondo, seleccionar a unas cuantas personas afectadas para que se tomen todavía más fotos, y por último ofrecer todo el apoyo del gobierno para los afectados, aunque dicho apoyo nunca llegue o se quede en una simple promesa.

Lo cierto es que la presente administración no tiene ningún plan de gobierno para ejecutar en beneficio de la entidad. El sismo no sólo sacudió a la población, sino también a la gestión improvisada del gobernador y sus secretarios, quienes a dos semanas de distancia no han dado a conocer un plan emergente para sumarse a la reconstrucción con acciones concretas; pero eso sí, ya se está repartiendo entre sus constructoras privilegiadas la asignación de obras millonarias cuyas jugosas ganancias son más importantes que el bienestar de los poblanos afectados.

De qué sirve hacer de octubre el mes de la solidaridad, si quienes deberían poner el ejemplo hacen todo lo contrario, hasta ahora no existe un plan de austeridad por parte de las autoridades, por el contrario, hay gastos excesivos para comodidades como vales de gasolina y viáticos. Este gobierno se vio rebasado por una ciudadanía ejemplar que desde el primer minuto se involucró en el auxilio y apoyo de sus coterráneos, basta con observar el gran número de automóviles y camionetas particulares que trasladaron víveres a la Mixteca negándose en todo momento a realizar donativos en los centros de acopio instalados por las autoridades debido a la desconfianza e incertidumbre de no saber en dónde terminarán los productos. De nueva cuenta vuelve a fallar el dicho que dicta que: cada pueblo tiene el gobierno que se merece. El gobierno que tenemos los poblanos no es ni un ápice el reflejo de solidaridad que mostraron todos aquellos que sin dudarlo apoyaron a los damnificados por el sismo.

No obstante, está por comenzar otra etapa complicada que es la asignación de recursos para la reconstrucción de viviendas y espacios afectados, principalmente porque si de algo han carecido los últimos gobiernos panistas (Moreno Valle-Antonio Gali) es de transparencia en el manejo de recursos públicos, y como muestra está el posible fraude de Rafael Moreno Valle en el contrato de un seguro contra desastres naturales para el estado por 18 millones de dólares, dinero que no aparece por ningún lado. Personaje que por cierto inauguró obras que también se vieron afectadas por el sismo pese a que son relativamente nuevas.

Han trascurrido los días y poco a poco todo comienza a normalizarse, empero habrá que estar pendiente de que los recursos lleguen a los damnificados y se utilicen para la reconstrucción de hogares de cientos de personas afectadas y edificios públicos, porque si de algo es difícil estar informados es del sismo de la corrupción con que han actuado los gobiernos antes mencionados.

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