No a un fiscal carnal en la FEPADE

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Miguel Barbosa Huerta


Noviembre 03, 2017

La remoción del titular de la FEPADE consistió en un acto de autoritarismo que aún debe ser sometido a un ejercicio de control democrático-parlamentario ante el Senado de la República. La imposición, la opacidad y la simulación con las que el gobierno federal y los grupos parlamentarios del PRI, PVEM, PAN y PRD actuaron en esta coyuntura dañaron a esta Cámara del Congreso de la Unión.

He dicho que el Senado de la República perdió la elegancia, no como una afirmación frívola o superficial, sino como una circuntancia que se instaló en esta legislatura y que expresa el endurecimiento del régimen rumbo a las elecciones del próximo año.

La remoción del titular de la FEPADE daña la legitimidad del proceso electoral en curso. Lo más grave es que el Gobierno Federal y sus aliados intentarán poner lo más rápido posible a un fiscal a modo en esta institución clave. Un fiscal cómodo y complaciente con el poder que dé carpetazo a las investigaciones en curso.

Queda claro que en México y mientras persista este gobierno, Emilio Lozoya es intocable. Otra cosa será en Estados Unidos y Brasil, en donde, a pesar de todos los esfuerzos del gobierno mexicano por retrasar la divulgación de esta información, se conocerán los nombres, montos y destinatarios de los sobornos de Odebrecht

La prioridad es evitar el nombramiento de un fiscal carnal en la FEPADE y el primer paso para que esto no ocurra es que el Senado emita una convocatoria, en donde el proceso de selección sea transparente y de apertura total a la sociedad.

Para garantizar transparencia y apertura total a la participación ciudadana, la Convocatoria que emita el Senado debe poseer varias características, entre las que destacan la participación de las organizaciones académicas, civiles, ciudadanas y público en general, para que presenten candidaturas a ocupar el cargo de Fiscal Electoral.

Nada de prisas o de bolas rápidas, menos negociaciones en lo oscurito. Ya varios se frotan los manos pensado en que la elección de fiscal electoral descongestionará la negociación en torno al Fiscal Anticorrupción y al Fiscal General de la República, porque ya hay un sitio más que repartir entre las fuerzas políticas, que a final de cuentas forman parte del acuerdo de impunidad y corrupción tejido por el Gobierno Federal.

Los aspirantes deben ser propuestos por la sociedad, y con esto no me refiero a las organizaciones y personajes que han usufructuado la representación social, además los perfiles para ocupar dicho cargo deben ser analizados a profundidad y por supesto deben comparecer ante la Comisión de Justicia, garantizándose su máxima publicidad y transmisión en el Canal del Congreso.

El valor político más importante para las instituciones es la legitimidad. La crisis por la que atravesamos se debe a su pérdida acelerada en los últimos meses. Para recuperarla, al menos en lo que concierne a la procuración de justicia electoral, el Senado debe realizar la apertura total del procedimiento para elegir al nuevo titular de la FEPADE.

*El autor es Senador de la República

 

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