La desigualdad en América Latina: el desafío para su inserción internacional

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Renata ZILLI


Noviembre 11, 2017

América Latina ha sido el epicentro del debate político, económico y social a lo largo de la historia. Sin duda, entender a esta compleja región no resulta tarea sencilla para ningún especialista. Esto debido a un factor imperante, la heterogeneidad que existe entre sus gobiernos y el grado asimétrico de desarrollo en materia social y económica entre países que no sólo comparten el mismo espacio geográfico sino también un pasado cultural.

 

Lo anterior es importante tomarlo en consideración para nuestro análisis, ya que las diferencias y rivalidades entre las naciones han impedido alcanzar una integración económica, tanto al interior de la región como la proyección de unidad hacia el exterior. Sin embargo, para efectos de este artículo, nos centraremos en uno de los más grandes obstáculos para la inserción internacional de la región y en consecuencia de su desarrollo: la desigualdad.

 

De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL) "la igualdad debe ser entendida no sólo en términos de ingresos y propiedad, sino también al ejercicio de derechos, al desarrollo de capacidades y a la igualdad de género, étnica, racial y territorial".[i] De ahí que la CEPAL tilde a la región de América Latina como la más desigual del mundo, donde 1 de cada 3 latinoamericanos está en riesgo de caer en la pobreza.[ii]

 

Y a la pobreza, se le suman sus corolarios: altos índices de inseguridad, educación precaria y falta de acceso a los servicios de salud. Situación que es compartida entre todas las naciones que pertenecen al bloque y a pesar de ello, no se ha logrado entender ni asumir como un problema colectivo. Una posible interpretación, ha sido la falta de espacios que fomenten el diálogo, que incorporen a todas las naciones del continente. No obstante, siendo aún más objetivos, en la realidad ha faltado voluntad política y habido mucha ausencia de liderazgo.

 

Entonces esto permite darnos cuenta que América Latina es una región sumamente fragmentada, donde la visión ideológica ha sido el factor dominante de división. Hasta el momento, ninguno de los modelos económicos que ha seguido América Latina han acabado o reducido de manera significativa los grandes escollos de la región. Ni la entera liberalización financiera y comercial, ni el proteccionismo han logrado distribuir la riqueza de forma equitativa entre sus poblaciones. Los primeros, han permitido la concentración de los activos, es decir propiedad la financiera y no financiera en sólo unas cuantas manos. Y los segundos, han lastimado y marginado aún más a sus ciudadanos al aislarlos del exterior. Por lo cual es pertinente hacer una revisión objetiva y exhaustiva, sobre lo que ha fallado en ambos casos.

 

Una de las hipótesis ampliamente planteadas, especialmente por economistas de chicago, apunta a la fragilidad de las instituciones. Por consiguiente y en paralelo, América Latina debe enfocarse en fortalecer su estado de derecho. No solamente para garantizar la certidumbre hacia los mercados y sus calificadoras. Sino también para garantizar de una vida digna para todos los ciudadanos.

 

Ante ello, no nos debe caber la menor duda que el comercio es una herramienta que tiene como consecuencia el desarrollo económico y social de los países. Incluso, podemos observar que los países de América Latina que han experimentado mayores tasas de crecimiento ha sido en gran medida gracias al crecimiento de sus exportaciones y la apertura de sus mercados, como en el caso de México y Perú. Sin embargo, en ambos países a pesar de contar con una balanza comercial superavitaria, los esfuerzos en reducción de la pobreza han sido insuficientes, ya que la población que vive en condiciones precarias al interior de dichas naciones sigue siendo alta y no ha sido beneficiada de los cambios económicos.

 

En gran medida, esto se debe a que la bonanza del liberalismo comercial, no ha permeado a las clases más bajas. Y desde la óptica del presente análisis, puede ser el desafío más crucial para muchos países de la región, que de no atenderse puede llevar a un estancamiento económico y aumento de la desigualdad en los próximos años. Ya que el crecimiento no podrá ser sostenible, si no se aplican políticas públicas selectivas que sean capaces de incorporar a todos los sectores de la población en las cadenas de valor productivas nacionales, regionales y globales. Y si bien no hay un modelo certero, no nos debe caber la menor duda que es a través de mayor transparencia, democracia y la correcta aplicación de la ley.

 

Referencias

 

[i] CEPAL. (2017). CEPAL: Pese a avances recientes, América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo | Comunicado de prensa | Comisión Económica para América Latina y el Caribe. [online] Available at: https://www.cepal.org/es/comunicados/cepal-pese-avances-recientes-america-latina-sigue-siendo-la-region-mas-desigual-mundo [Accessed 17 Sep. 2017].

 

[ii] Infobae. (2017). La CEPAL reportó 175 millones de pobres en Latinoamérica. [online] Available at: http://www.infobae.com/america/america-latina/2017/01/24/la-pobreza-aumento-a-175-millones-de-personas-en-latinoamerica/ [Accessed 17 Sep. 2017].

 

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