¿Cómo hacer a un lado al hombre si éste es el creador de su  realidad?

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Gabriela HERNÁNDEZ M.


Noviembre 26, 2017

Vivimos en una realidad en donde el principal objetivo de nuestro existir es sobrevivir al modelo neoliberal en que nos vemos inmersos. En tiempos anteriores el objetivo de una familia o persona versaba sobre el trabajo a la tierra, la tenencia de ésta, más adelante en ser poseedor de fábricas, el comercio y al trabajo en oficinas si es que se contaba con algún tipo de formación académica o habilidad del intelecto.

Al parecer todo se centraba en el hombre, en aquellas ostentaciones que pudiesen dar cierto reconocimiento y acomodo a la familia, y por añadidura ese reconocimiento social que surge por el simple hecho de pertenecer a una comunidad.

Hoy es diferente, hoy el objetivo es estar muy atentos a cualquier maniobra política económica, política financiera que realice nuestro país, las pequeñas agrupaciones sociales o comunidades cedieron para transformarse en grandes aglomeraciones, nos hemos convertido en agentes secundarios del sistema, cuando antes se podría decir que fungíamos como protagonistas.

Son tiempos en donde las soberanías de las medianas y pequeñas naciones se ven supeditadas a los intereses de las grandes potencias, y es que todos hemos escuchado de la globalización, de cruzar las fronteras, de establecer lazos entre naciones para el crecimiento. El detalle es que, dicho crecimiento se enfoca en las economías y no tanto en las personas, vivimos en un sistema que ha delegado al hombre a segundo término para dar paso a las ganancias, la oferta y demanda, las negociaciones que comprometen bienes de la nación las cuales son finitas y en ciertos casos no renovables. El crecimiento económico de algunos pocos es voraz, así como la pobreza y desesperanza de muchos otros también.

Y es que no guarda lógica lo que se está viviendo, todo sistema es creado por el hombre, toda tecnología es elaborada y sustentada por los descubrimientos y avances del hombre, entonces, ¿Por qué esos sistemas no están enfocados a la protección, el desarrollo de las personas que conforman las naciones? Pareciera ser que ya no resulta válido hablar del hombre, sino de nación, porque las decisiones políticas internacionales, los compromisos entre países resultan ser los ejes regentes de las economías y éstas a su vez de la vida de cada uno de nosotros, porque el objetivo del día a día es acumular riquezas, es salir a trabajar para vivir al día, es estar preparados para la crisis, es allegarse de bienes y brindar servicios que produzcan ganancias para sobrevivir, efectivamente sobrevivir y no vivir.

¿Cómo hacer a un lado al hombre si éste es el creador de su realidad? El discurso del modelo neoliberal se comprueba errado. Las economías, el comercio, las transacciones no son el objetivo, y no deben ser el objetivo, el hombre debe serlo. En otras palabras, el hombre se ha vuelto esclavo de sus propias creaciones, pero no perdamos de vista que si ha sido capaz de esclavizarse, también es capaz de liberarse. Por lo que resulta necesario, urgente y pertinente comenzar a humanizar esos sectores económicos financieros, si se basan en fórmulas y han creado cálculos sobre la productividad, es momento de insertar a dichas fórmulas el factor humano que redirija al sistema para así todos y no sólo unos cuantos seamos los beneficiados.

*Profesor de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey

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